TW
4

El Govern abrirá el año que viene la playa de sa Coma, en Sant Llorenç des Cardassar, para recuperar cientos de cuerpos de antifascistas que murieron durante la Batalla de Mallorca. Varias fuentes indican que fueron enterrados en la misma arena, en la esquina con Punta n’Amer, durante el combate de agosto de 1936. Algunos hablan de niños que han encontrado huesos, así que no podemos seguir mirando para otro lado. La gente debe saber si está tomando el sol sobre una fosa de la Guerra Civil.
Asesorado por los historiadores Antoni Marimon y Dolors Marín, el Govern anunció que no terminará la legislatura sin abrir también esta fosa. Al fin y al cabo, se trata de personas ‘desaparecidas’ (la mayoría catalanas) cuyas familias llevan 86 años esperando noticias. Además de sa Coma, se abrirán tres fosas cercanas en la finca de Torrenova (donde había un hospital republicano), en la finca Son Escrivà y en el cementerio de Son Carrió.

Todas estas exhumaciones ayudarán a resolver uno de los grandes enigmas de la batalla: el número de muertos. Sobre el bando sublevado, solo tenemos la cifra que dio el propio régimen y es escandalosamente baja: 78 hombres. Justo estos meses estoy realizando un estudio nominal para saber la verdad. En cuanto a los antifascistas, las cifras van desde las 200 hasta cerca de 1.000. Los historiadores catalanes Gonzalo Berger y Jordi Oliva han entregado al Govern un listado con 192 nombres. Otros como Massot i Muntaner dicen que el número de muertos republicanos fue «enorme» y «serían más exactas las cuentas» que hablaban de «1.700 bajas, entre muertos y heridos».

El comandante de la expedición catalana, Alberto Bayo, dice en sus memorias que sufrió 422 bajas solo el primer día de desembarco. Luego dice que la defensa del frente sur, el llamado Parapeto de la Muerte, le causaba «entre 8 y 10 muertos diarios». Eso supone un total de 150 muertos solo en este punto. «Para no desanimar a mis fuerzas, ordené que los cadáveres se enterraran en silencio sin honores militares pese a su graduación», confiesa Bayo.

La hermana superiora del Hospital Militar de Palma, sor Oliva Abab, escribió sobre las víctimas republicanas: «En menos de veinte días quedaron completamente destrozados, quedando el mar y sus alrededores sembrados de cadáveres. Según decían los que los vieron, era una cosa que imponía».
El reciente libro del historiador Tomeu Garí dice que durante la batalla «murieron víctimas de la represión o en acción de guerra entre 1.700 y 1.800 personas. Unas cifras realmente escalofriantes y totalmente inéditas que ponen de manifiesto la magnitud de la tragedia».