TW
0

Lean sobre la mallorquinidad. Versará sobre los mallorquines, la lengua, cultura, gastronomía, o sobre la isla. Verán frivolidad, resentimiento, condescen- dencia, amor interesado, admiración. Se manejan conceptos morfológicos, pero creo hay que ir a lo nuclear. Dicen que somos ‘cerrados’, creo que somos precavidos. Nuestra historia está plagada de invasiones y ello conlleva en nuestro ADN un sentimiento de autoprotección. Otros creen que está en peligro nuestra supervivencia.

Francamente no nos conocen. Estamos en permanente mutación transcultural. Hemos sobrevivido a fenicios, romanos, árabes, judíos y actualmente alemanes y resto del caleidoscopio planetario. Somos la suma de todos ellos. Llevo sangre catalano romana, árabe y judía. Ello me ha enriquecido. Cada generación es mejor que la anterior. Siempre queda el poso del mallorquinismo profundo que es como una especie de levadura, cuantitativamente menor en una masa, pero que al final es la que conforma el pan de cada día. La mallorquinidad no es solo la lengua, la liturgia, el catalanismo.

Es la esencia de una mezcla que tiene poderes mágicos. Nuestra historia no empieza con Jaime I, otro invasor. Dicen que la lengua está en peligro. Esto es cíclico. Al final se mantiene. Hay un movimiento transcultural no sólo en Mallorca. Ocurre en París, Londres... Trabajemos sin apriorismos talibanes y enseñemos la mallorquinidad como una forma de vida. Acabarán seducidos. Para ello empecemos por ser simplemente nosotros mismos. Sintamos orgullo de ello. Con esto basta.