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Recientemente el diputado vasco del PSOE Edon Elorza, ante el pragmatismo y geoestratégica política (traición del Sahara) de Pedro Sánchez, escribió en Twitter algunos artículos de opinión. «Siempre pensé que los socialistas podíamos abrazar causas justas. Aunque otros las consideran inútiles por perdidas», fue uno de sus tuits.

El exalcalde de San Sebastián, junto con unos pocos valientes y coherentes compañeros/as, como los presidentes/as de la comunidad de Canarias Ángel Víctor Torres y Francina Armengol de la comunidad de Balears, públicamente se han atrevido a criticar y no compartir (cediendo al chantaje de Marruecos) «tamaña y vergonzosa bajada de pantalones», en lo que es el cambio histórico respecto al Sahara Occidental, en contra del pueblo Saharaui del Gobierno de Pedro Sánchez.

De igual forma a lo largo y ancho del territorio español, tuvieron lugar importantes concentraciones y pronunciamientos de apoyo y a favor de la autodeterminación del pueblo Saharaui. En Balears, con la participación de todas las fuerzas que forman la coalición de gobierno (PSIB-PSOE, Podemos y Més), e inclusive apoyada por una parte del Partido Popular, se demostró que nuestras Islas son un ejemplo a seguir, organizando en Palma una manifestación encabezada por el presidente del Parlament, Vicenç Thomas, en apoyo y defensa del pueblo Saharaui.

Queda claro que Pedro Sánchez (por aquello de que ‘Roma no paga traidores’) por mucho que se baje los pantalones jamás lo van a tragar ni aceptar. Está mal aconsejado, ‘chantajeado’, abandonando a su suerte las bases del partido y los principios por los cuales en su día, y no por otra razón, fue elegido secretario general del PSOE y poco tiempo después presidente del Gobierno.

Finalmente, para políticos como éste, que sumisamente siguen los consejos del Tío Sam y de su referente Mr. X. y los 40... cuyos únicos y exclusivos principios ideológicos es el culto al Becerro de Oro, la razón de Estado no repara en emociones, sentimientos ni lealtades, no han tenido ni tienen, ni tendrán, nunca amigos, ¡están programados! Sólo se mueven por intereses y no tienen ningún tipo de escrúpulos ni empatía hacia los más débiles.