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Al final la propia presidenta Armengol venía a decir en su cuenta de Twitter que la ley turística del Govern era una cuestión de una foto, una imagen donde no estaban PP, Ciudadanos ni Vox, pero tampoco los hoteleros de Menorca, Ibiza y Formentera. Afortunadamente para la presidenta y sus socios tuvieron el apoyo de Maria Frontera, la presidenta de los hoteleros de Mallorca, siempre dispuesta a posar en un photocall y más si la imagen se capta en la solemne sede del Parlament.
Nunca sabremos con qué amenazó Negueruela a Frontera en esta ocasión para que asistiese al acto del Parlament donde también participaron Més per Mallorca, Unidas Podemos y el PI para celebrar que se ponía punto y final a la tramitación parlamentaria de la ley turística. Aunque Frontera debía tener motivos de preocupación ante la posibilidad de que incluyesen la regulación del todo incluido en la ley turística tras el aviso realizado por Negueruela poco después de presentarse el borrador legislativo cuando los hoteleros se plantaron y dijeron que era una ley ideológica.

Realmente también sorprende la euforia con la que el PI ha afrontado esta recta final de la tramitación parlamentaria, aunque ellos, ya se sabe, siempre han apoyado el turismo. Por eso han propuesto que los hoteles obsoletos puedan convertirse en edificios de viviendas. Dentro de unos años veremos cuántos de estos hoteles se transforman en pisos residenciales, si bien los hoteleros de Ibiza, a quienes no les gusta tanto las fotos como a Maria Frontera, ya han dicho que esta reconversión es inviable y no se hará.

Para redondear la foto, Frontera tendría que haber llamado para que hubiesen estado junto a ella a Escarrer, Fluxá, Barceló y Riu, pero mucho me temo que estos hoteleros tienen poco que ver con Més per Mallorca y Unidas Podemos, formaciones políticas que se declaran abiertamente contrarias al turismo y cuyas medidas siempre apuntan a prohibir todo lo relacionado con el primer sector económico de Balears.

Igual no sabe Frontera que cuando se suma a la foto del acuerdo de la ley turística lo hace con todas las consecuencias, por mucho que la presidenta de los hoteleros mallorquines diga que no está a favor del decrecimiento y de la moratoria turística que aparecen en el documento que tanto ha aplaudido.
Por mucho que digan que la ley sale con un amplio consenso, difícilmente se puede creer que un texto sin el apoyo de las patronales de Menorca, Ibiza y Formentera tenga recorrido en el futuro. También es cuestionable que esta ley fuese tan imprescindible en las actuales circunstancias turísticas por mucho que nos quieran hacer creer que es una apuesta por la calidad. Hace muchos años que los hoteleros invierten gran parte de sus beneficios en mejorar la oferta hotelera. Para eso no hace falta ser un experto y basta con visitar las zonas turísticas. O alojarse en los hoteles de las islas, que al final es el mejor ejercicio para conocer la realidad hotelera.

Así pues, ya tenemos la foto. Ha costado mucho, pero no creo que la actual directiva de la Federación Hotelera de Mallorca haya puesto mucha resistencia. Con un photocall cerca siempre es más fácil el consenso, pero lo que está claro es que esta ley turística es de Mallorca, y solo de los mallorquines. No parece que a Negueruela y Armengol les preocupe demasiado que Menorca, Ibiza y Formentera se hayan quedado fuera.