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Llega el carril VAO. El personal del Departament de Mobilitat i Infraestructures del Consell –que también tiene que justificar su razón de ser– se ha remangado y ha bajado al asfalto para poner orden. El tramo de autopista que une el aeropuerto con Palma tendrá, en menos de lo que canta un gallo, su carril VAO. VAO es la abreviatura de la fórmula vehículos de alta ocupación y suele presentarse como bus VAO por aquello de dar pábilo al transporte público y colectivo.

Según nuestros ingenieros de caminos –aquí los de canales y puertos tienen poco que decir–, el bus-VAO unirá Son Sant Joan con el Portitxol y discurrirá por el carril izquierdo con una extensión de algo más de cuatro kilómetros. Es posible que el carril de marras esté en marcha para este verano, aunque yo tengo mis dudas ya que tienen que pintar las líneas correspondientes sobre el asfalto de la autopista, incorporar cámaras de control, señalizar los accesos y salidas, y demás informaciones viales. Y ya sabemos que las cosas del Consell tienen un ritmo especial. Como también tengo mis dudas sobre su eficacia sevillana. Mi cabeza piensa que la densidad de tráfico no se soluciona restringiendo viales. Claro que doctores tienen el Santo Consell de Mallorca. Porque los tiene, ¿verdad?

Así que me pregunto –siempre lo hago– si no habrá otros intereses complementarios, de esos que no se hacen públicos para no afear al personal. Aquellos intereses que producen los verbos que acompañan los objetivos del proyecto: - Prohibir la circulación de coches que circulan con un solo conductor. - Restringir el acceso a vehículos de alto tonelaje. - Reducir el número de máquinas que deambulan por la autopista. - Multar a los que incumplan las condiciones que exige el VAO. Por fin, en Mallorca, en lugar de jugar al veo veo mientras conducimos, vamos a poder jugar al VAO VAO.