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Cuando el sabio apunta a la luna, hay quien se queda mirando al dedo». Cuando las circunstancias nos exigen mirar la realidad, el interés de todo un país , la convivencia entre dos pueblos vecinos, en ese momento hay que dejar de mirar al dedo y poner los prismáticos de la ‘Real Politik’ para no perder de vista la luna. El nuevo mapa geopolítico de la zona ha dado un giro de 360º con la carta del presidente de Gobierno de España el 18 de marzo. La nueva situación no solo afecta a las partes implicadas, España, Marruecos y los saharauis. Se extiende el alcance del impacto a todo el Magreb árabe y la zona sur del mediterráneo.

España: le interesa la apertura de las fronteras para poder dar respiro a    Ceuta y Melilla, dos ciudades agotadas por las crisis de COVID, por la paralización del comercio transfronterizo y por la avalancha de los inmigrantes. Es verdad que la vuelta a la realidad a nivel comercial será diferente ya que Marruecos ha tomado por bandera la lucha contra el contrabando y el tráfico ilegal de mercancías; pero la capacidad de los ceutíes y melillenses de adaptación a los cambios es infinita. A nivel económico, España no puede perder más tiempo ante nuevos competidores que han aparecido en la zona, como Israel, que está invirtiendo en masa en energía renovable y agricultura.

Sáhara: recuerdo en este punto una de las cartas del escritor Juan Goytisolo publicada en un medio nacional en 1978: «Bajo pretexto de la libre autodeterminación del pueblo saharaui, asistimos de hecho a la confrontación de dos principios opuestos: el de la intangibilidad de las fronteras africanas trazadas por el colonialismo que defiende Argelia y el de la reconstitución del estado histórico desmembrado por la intervención europea que sostiene Marruecos». A lo que afecta a los saharauis, considero que el paso dado por el Gobierno español abre una ventana de esperanza y pone ‘por fin’ una solución encima de la mesa. Es verdad que las propuestas de solución en medio de los conflictos nunca llueven a gusto de todos. En este sentido, la propuesta de una autonomía avanzada para el Sáhara es un comienzo. Esta propuesta no cuenta solo con el apoyo internacional sino también de saharauis, fuera de toda sospecha, que luchan desde hace muchos años para una salida a esta situación. Hablo aquí del Movimiento Saharaui por la Paz, un movimiento que aglutina diferentes sensibilidades y sectores de la población saharaui que será sin duda un elemento clave en la ecuación.

Marruecos: A nivel económico, necesita más que nunca una normalización de las relaciones para volver a levantar una economía castigada por la crisis sanitaria, la sequía, y los efectos de la guerra rusa. A nivel social. La población marroquí en España acogió con gran esperanza la normalización de las relaciones. La primera consecuencia fue la apertura de las fronteras y la vuelta a la normalización en los intercambios marítimos en el estrecho de Gibraltar. El nuevo mapa geopolítico de la zona exigirá valentía a todas las partes, altura de miras y un trabajo para mantener una convivencia saludable entre los vecinos, una solución para los saharauis después de tantos años de abandono y una estabilidad en el mediterráneo que es más necesaria ahora que nunca.