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El próximo coche que me compre -si es que algún día me compro un coche nuevo- tendrá televisión. Y es que ahora todos los coches nuevos incorporan en el salpicadero una pantalla cada vez más grande que incluye navegador, planos y mapas, estado de la circulación, gestor de emisoras de radio, análisis gráfico del motor, medidor de distancias, imagen del exterior para aparcar, conexión inalámbrica con el teléfono móvil, reproducción de video y audio, y otros elementos para hacer del arte de la conducción un entretenimiento. En algunos modelos, si la configuración lo permite, puedes ver los contactos que tienes en el móvil, las últimas llamadas y recibir mensajes.

Están a punto de llegar los que, con un puerto USB, nos permitirán ver las fotos archivadas en la carpeta de imágenes y hasta reproducir los vídeos que tengas almacenados en tu móvil. Con el tiempo, a través de las pantallas táctiles, podrás disfrutar de tu serie favorita, seguir una retransmisión deportiva en directo, enterarte de lo que pasa en Baleares a través de los informativos de IB3 y asistir visualmente al estreno de una película de cine. Qué más se puede pedir. El coche del futuro ya está aquí y será un coche de cine.

Las empresas de automoción llevan más de una década compitiendo con la incorporación de la mayor cantidad de tecnología de última generación. Lo que hace que los utilitarios vengan con más entretenimientos. El caso es que, mientras los fabricantes convierten el coche en un parque tecnológico, la Dirección General de Tráfico amplía las infracciones por las distracciones en la conducción. Dilema: Si en estos momentos tocar el móvil mientras estás conduciendo se traduce en una multa grave, no quiero pensar lo que costará una sanción si te pillan viendo una película mientas vas al volante. La multa puede ser la vida.