Palma04/04/22 3:59
Hace un par de años tuvimos a Greta Thunberg hasta en la sopa. En esta moda actual de los medios de comunicación de crear mártires y héroes –que rápidamente pasan al olvido– para solaz del público, la chica sueca nos martirizó mañana, tarde y noche sobre el apocalipsis climático. Parece que su vehemente discurso se apaciguó cuando tuvo que viajar de Nueva York a Lisboa en un catamarán que no paró de menearse en los 21 días de travesía. Semejante mareo debió convencerle de que, quizá, es preferible no viajar –al menos en periplos transoceánicos– si uno pretende no tomar nunca un avión, su particular fijación.
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