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Inicio de primavera pasado por agua. ¡Cuánto deseábamos que llegara la estación de las flores y del amor! Y siempre viene, unos años más que otros, pasada por agua. Por lo menos el frío de este invierno (que no ha sido extremo) parece que ha empezado a remitir. A mí me encanta la primavera (aunque tengo que reconocer que, de una forma u otra, todas las estaciones son especiales y, en el fondo, todas me gustan). La primavera es el renacer de la vida. El comienzo de todos los comienzos.

Los pájaros migratorios vienen. En especial los vencejos, que son mis preferidos. Hace unos días que los veo revolotear los cielos de Mallorca. Son unas aves increíbles adaptadas como ninguna a volar constantemente. Todo lo hacen en el aire. Se alimentan en el aire cazando insectos con su boca abierta. Se aman en el aire. Y hasta descansan en el aire. Día y noche. Estación tras estación.

Solamente entran en sus nidos para cuidar y alimentar a sus polluelos. Entran en los huecos que encuentran bajo las tejas de los tejados de una manera torpe ya que tienen las patas atrofiadas. Sus patitas de poco les sirven. Con ellas no se pueden posar en los árboles ni caminar por los suelos. Si un vencejo cae al suelo, por sí mismo no podrá levantar el vuelo. Sólo podrá lograrlo con la ayuda de algún transeúnte que lo lance con delicadeza al firmamento, en caso de que no esté ni enfermo ni herido. Hace unos días que tuve un sueño con estos pájaros. Soñé que un vencejo joven caía del nido y yo lo cuidaba hasta que lograba volar por sí mismo. Es un presentimiento.

Si eso ocurre esta primavera, tengan por seguro que les contaré la experiencia… Y más cosas quiero contarles de esta maravillosa primavera pasada por agua que nos abraza. Me encanta el renacer de la naturaleza. Los campos se llenan nuevamente de vida. Las moreras, las higueras y demás árboles caducifolios han empezado a recuperar la verde cabellera de su intenso follaje. La gente saldrá más a la calle y se enamorará más. ¡Cuánta belleza hay en la primavera interna de cada persona, en sus sentimientos y emociones! Y eso es lo que necesitamos en estos tiempos que corren, entre otras cosas, una primavera larga que dure como mínimo una década, ¿no creen?