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Desde mi punto de vista, España se añade desde este lunes a la lista de países europeos que simulan que la COVID-19 ya no existe. A pesar de que ha caído la obligatoriedad legal del aislamiento, la recomendación médica todavía debería ser realizar pruebas y aislar durante al menos cinco días completos, dando las bajas necesarias. España ha sido el primer país de UE al cometer esa posición que está algo alejada de la evidencia científica. Hay algunos países que llevan semanas eliminando todas las restricciones y ahora se están encontrando con un crecimiento de casos. De hecho, es lo que puede pasar en España, porque está siguiendo el mismo ejemplo que esos países.

Soy partidario de ser prudente, y en vez de flexibilizar las restricciones, es necesario mantenerlas siendo coherente con el número de contagios existentes. No es la primera vez que se quiere correr demasiado y hay que recordar que la COVID-19 es muy imprevisible. Volveremos a tropezar con la misma piedra, no aprendemos de los errores. Creo que no es momento de dejar de hacer pruebas ni eliminar las cuarentenas, ahora que la subvariante ómicron es poco a poco, más predominante. Las últimas teorías apuntan a que esta variante BA.2 es el virus más contagioso de la historia. Se trata de un virus mucho más transmisible y será difícil no contagiarse. Es un 30 % más infecciosa que el ómicron, que ya es un 70 % más infecciosa que el anterior. No debe subestimarse por que se diga que es más leve. Esto es muy relativo, el porcentaje de terceras dosis en España es bajo, si la inmunidad desciende, hay más probabilidad de desarrollar la COVID-19 de forma grave. Lo que está claro es que pueden haber pacientes críticos y muertes que podrían evitarse si no se tuviera tanta prisa por eliminar las restricciones.

Además, los casos de la subvariante BA.2 de ómicron aumentaron en marzo en Estados Unidos. Ahora, esta variante representa más de un tercio de los contagios de COVID-19 en el país. La subvariante BA.2 de ómicron causó aproximadamente el 34,9 % de los casos de coronavirus en Estados Unidos la semana pasada. Lo que se compara al 22 % de la semana anterior y al 12 % de los casos en la semana que finalizó el 5 de marzo. Por tanto, hay algunos aspectos a tener en la cabeza para las próximas semanas:

Las subvariantes BA.1 y BA.2 de ómicron:

1. Presentan 8 mutaciones diferentes.

2. BA.2 contagia más.

3. BA.2 tiene más carga viral.

4. Las vacunas (tercera dosis) protegerían frente ambas (>80 % eficacia).

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5. Ambas, BA.1 y BA.2 de ómicron generan una COVID19 similar.

6. BA.2 de ómicron se extiende progresivamente.

7. Es necesario tener en cuenta la posible caída progresiva de la inmunidad tras la tercera dosis.

8. Las restricciones existentes son muy laxas o nulas en la actualidad.

9. Sigue existiendo un riesgo importante de aparición de nuevas variantes.

Todo positivo en COVID, asintomático o sintomático leve debería mantener 5 días de aislamiento como mínimo. Todo por el bien común y por no extender la infección. Y eso se debería hacer ante cualquier infección respiratoria. A lo mejor, así se reduciría la incidencia de todas las infecciones respiratorias. El camino a seguir es aplicar las medidas necesarias en función de la situación de cada momento. En este caso, sí que se puede mantener la mascarilla y las cuarentenas, limitar aforos cuando sea necesario y seguir haciendo el máximo de test posibles, porque pronto ya no sabremos qué dinámica sigue el virus. Y además todo eso nos viene a decir que hay que estar en contra de quitar las mascarillas en interiores en estos momentos. Y mantenerlas en el tiempo en determinados espacios.

Es muy importante que se sigan contando los positivos, tal y como se hace desde el inicio de la pandemia. Pueden tener una indicación de cómo actuar y darse cuenta de que flexibilizar las restricciones de este modo no es bueno, porque el efecto inmediato puede ser un empeoramiento. Y es que la covid-19 aún existe y además es imprevisible.