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Hasta respirar se ha puesto muy difícil. Respiramos porquerías, escombros, metales, ectoplasma, residuos tecnológicos, excrementos de animales antediluvianos, mierda propiamente dicha. Y suerte si seguimos respirando. Dicen los meteorólogos que hoy ya habrá desaparecido esa manta de polvo del Sahara color naranja que veníamos respirando, y que además de polvo del desierto, cuarzo, heces prehistóricas, pensamientos malignos, cieno, esputos de dragón, bacterias y hongos, también contiene titanio, estroncio (a mí el estroncio me estresa especialmente), vanadio, zinc, cromo, níquel y hasta cesio radiactivo. Metales que generan ansiedad, caídas súbitas de la autoestima y problemas psicológicos y bronquiales, además de niquelarnos el cerebro y los pulmones. Vale, puede que sí, igual hoy se haya disipado la calima, pero no creo que notemos mucha diferencia.

Polvo somos y en polvo nos convertiremos (del desierto), y estamos tan acostumbrados a respirar guarradas y restos de criaturas difuntas, que ya casi nos da igual. Y eso que Mallorca, y por eso vivo yo aquí, es el único lugar de España donde aún se respira aire; a mí me pones en Madrid, por ejemplo, y mientras me asfixio y me estreso (el estroncio, supongo), me deprimo como un capullo a causa de las marranadas en suspensión, y de lo muy deprimentes que son el vanadio y el zinc cuando los respiras. La última vez que estuve allí por cuestiones de trabajo, hace una década, nada más llegar a Castellana le dije al taxista que girase de vuelta al aeropuerto, y me largué como alma que lleva el diablo. A la mierda el trabajo. No he vuelto a salir de la isla, ni lo haré.

Todos morimos en al extranjero, precisamente por dejar de respirar de una vez, pero al menos que sea el extranjero de casa, no el de fuera. En fin, creo que me he liado un poco; normal, considerando la mierda que hemos respirado últimamente. Hasta cadáveres estamos respirando, antiguos y modernos. Menuda polvareda. Y esa boina naranja es lo de menos; respirar es difícil siempre, con calima o sin calima. Sobre todo inspirar, porque lo de expirar ya viene rodado. Dicen los meteorólogos que ya podemos abrir las ventanas. Bueno, pero no mucho. Dos deditos.