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Hablemos sin tapujos: aquel que desee tomarla, encontrará ‘maría’ para fumar sin que le sea ningún problema en cualquier sitio. A mí personalmente, siempre me ha parecido una increíble contradicción que esté permitido su uso, pero no su venta o tráfico, ya que esa forma de proceder no evita su uso, sino que solo lo encarece y, en el caso de las drogas duras que, como es evidente por su uso, también están a mano del que las quiera comprar, su prohibición las convierte en peligrosas. Y si no entiendo su prohibición es porque los políticos, los que hacen las leyes, saben de la imposibilidad de parar su uso. Por muchos alijos que la policía detenga antes de que lleguen a manos de los camellos y los consumidores, está claro que su llegada a los destinos es imparable: los drogadictos consiguen su droga.

Ante esta inevitable realidad, creo que lo más inteligente sería mirarla de frente y tratar de paliar los daños que está haciendo a muchos niveles. Ya hay demasiada gente en la cárcel que, al sufrir el síndrome de abstinencia, ha tenido que robar o atracar para poder conseguir sus gramos de coca; ya ha habido demasiadas víctimas mortales por sobredosis o por la falta de control sanitario de lo que finamente se vende a los consumidores. Todo lo que he escrito pone en evidencia que la droga debería ser legalizada, controlada por Sanidad, y recetada por los médicos. Creo que no se puede seguir olvidando la gravedad: se trata de un problema que, por lo que se está viendo desde hace años, tendría que ser tratado de otra manera.

Además, si se hiciese con un control bien llevado, sería posible hablar y tratar con los enfermos y al fin poder poner en marcha estrategias para ayudarles a salir de su adicción. No entiendo por qué no se hace ya que, por ahora, ese vicio o adicción, tal como es conducido, solo beneficia a los grandes vendedores de droga y… deja desamparados a los ciudadanos que la consumen que pueden morir por el mal estado de las drogas, les sale mucho más cara que si se legalizase y a algunos de ellos les obliga a robar, y su problema no les pone ante un médico que sí les podría ayudar. Además, por si esto no bastase, la droga pasaría a pagar sus impuestos, que no serían pocos ni nos vendrían nada mal.