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E n un estudio científico muy reciente de los profesores David Hope y Julian Limberg, del King’s College de Londres, publicado en la prestigiosa revista Socio-Economic Review (la edición es del 8 de enero de 2022, https://doi.org/10.1093/ser/mwab061; https://academic.oup.com/ser/advance-article/doi/10.1093/ser/mwab061/6500315), se recuerdan aportaciones concretas en la dirección que defiende la reducción de los impuestos (el artículo detalla una bibliografía completísima en tal aspecto, a la que remitimos); pero, al mismo tiempo, y esto nos parece determinante, se ofrecen nuevas metodologías y cálculos econométricos –claramente explicitados en el texto– que concluyen que las contracciones impositivas a la franja más rica de la población no aportan prácticamente nada a la consecución del crecimiento económico. Esta es la conclusión seminal de la investigación de Hope y Limberg.

El trabajo, con amplia perspectiva, analiza todas las reducciones importantes en los impuestos sobre los ricos en 18 países de la OCDE desde 1965 hasta 2015. La batería estadística es de impresión, incontestable, ya que no se trata de estudios puntuales de caso. Los resultados esenciales son palmarios:
• Los grandes recortes de impuestos para los ricos aumentan la desigualdad de ingresos;
• La magnitud del efecto es considerable. En promedio, cada reforma importante conduce a un aumento de más de 0,7 puntos porcentuales en la participación del 1 % superior del ingreso nacional antes de impuestos;
• El crecimiento económico, medido por el PIB real per cápita y la tasa de desempleo, no se ve significativamente afectado por importantes recortes de impuestos para los ricos.

Estos hallazgos sobre los efectos del crecimiento y el desempleo aportan evidencia en contra de las teorías del lado de la oferta, que sugieren que los impuestos más bajos para los ricos inducirán respuestas de la oferta laboral de las personas de altos ingresos (más horas de trabajo, más esfuerzo, etc.), lo cual impulsará la actividad económica. En relación con esto, los resultados de la investigación muestran –acotamos más esta idea– poco apoyo a la influyente tesis político-económica de que los recortes de impuestos para los ricos ‘se filtran’ para impulsar un desarrollo económico más amplio. La realidad de los resultados es otra: se certifica que las moratorias del impuesto sobre la renta, las ganancias inesperadas y los recortes de impuestos dirigidos al decil superior de la distribución del ingreso, no inducen a las personas a alterar significativamente la cantidad de trabajo que realizan.

De hecho, los ricos no tienen mayores incentivos para trabajar e invertir cuando se reducen los impuestos, dado que no se encuentran efectos estadísticamente relevantes sobre el crecimiento, el desempleo o la inversión a partir de la retirada de impuestos sobre ese segmento social. En otros términos, para Hope y Limberg los impuestos más bajos sobre los ingresos más altos inducen a los ricos a negociar de manera más agresiva, para aumentar así sus propias recompensas en detrimento de los que están más abajo en la distribución del ingreso.