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Jesús Jurado Puig fue un hombre de la dictadura: falangista al inicio de la guerra, oficial del ejército y director de la Prisión Provincial de Palma. Su nieto, sin embargo, tiene unas ideas muy diferentes: es dirigente de Podemos y responsable de Memoria Democrática del Govern balear. ¿Se pueden condenar las atrocidades de los falangistas y a la vez alabar a tu abuelo falangista? Sí, se puede: «Era una persona muy cariñosa y generosa con todos. Guardamos muy buen recuerdo», asegura Jesús Jurado Seguí.

El abuelo pertenecía a una familia conservadora. Su padre era un militar manchego destinado en Palma y él estudió bachillerato en el Institut Ramon Llull. La guerra le cogió matriculado en primero de Derecho. Sabemos poco de aquellos primeros días. Aunque todo indica que participó en la Batalla de Mallorca, no contó nada a la familia. Sí que conservan una foto de él en la conquista franquista de Ibiza. Aparece vestido de falangista y sentado junto a diez camaradas. En el reverso de la imagen dejó escrito: «2ª Escuadra de la 2ª Falange, 4ª Centuria. Estancia de 41 días en Ibiza durante el movimiento Salvador de España en septiembre de 1936». Jurado Puig es el único que no mira a la cámara. Se limita a ofrecer su perfil, con la expresión seria, la camisa azul remangada y una pose de hombría seguridad.

Apenas hay más información sobre su papel en la guerra. Su nombre solo aparece en la prensa de 1937 como alférez de infantería y «herido en acción de guerra». Sus descendientes sí saben que estuvo en la Batalla del Ebro y en la campaña de Cataluña, al final del conflicto. Durante la dictadura ejerció de funcionario de prisiones y llegó a director de la cárcel de Palma. El historiador David Ginard lo entrevistó en 1989 sobre aquellos años. «Mucho mérito tuvo Franco para poder mandar una nación llena de comunistas», reconoció en la conversación. Según la familia, siempre tuvo buena relación con los presos: «Los militantes del PCE guardan muy buen recuerdo de él. Hasta les daba dinero para el barco cuando eran liberados».

Jurado Puig tuvo dos hijos que no siguieron sus postulados políticos. Uno se hizo del PCE y el otro regidor del PSM. Su nieto dice que las discusiones en las comidas eran «agrias» porque todos eran muy fieles a sus ideas. «Había comentarios duros. Él decía que su partido ideal todavía no existía. Ahora entiendo a qué se refería». En su opinión, «la evolución en la familia ha sido muy sana. Del franquismo también se sale. También hay casos del camino inverso, de ahí el auge de la ultraderecha».