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Existen palabras tópicas y redundantes que se ponen de moda y se repiten cientos, o miles, de veces en todos los parlamentos autonómicos, medios de comunicación y en cualquier parte. Especialmente, se refieren a la transparencia equivalente a la verdad, exigida por los ciudadanos y camuflada por los políticos. Es una insistencia que alcanza el orbe y cuya contrapartida es la frivolidad que gobernantes y aláteres, que afirman actuar con plena transparencia. Resulta doblemente ofensivo que quienes saben que están mintiendo proclamen, una y otra vez, la autenticidad de un hecho, afirmando su absoluta trasparencia. Defensa rocambolesca e inaceptable para los ciudadanos. No, señoras y señores, no nos embadurnen con falsas justificaciones de sus erráticas decisiones, refrendadas por ser altos cargos del gobierno, incluido enfados y disputas con parlamentarias, representantes del pueblo soberano.

Viene al caso por el regalito que entregó el insigne conseller de Cultura y más títulos a la cadena privada Ser, con el fin extraordinario de celebrar el concierto de Los 40 Principales, en antena desde hace años, o sea, ninguna novedad. La gran noticia fue que el susodicho ‘gran jefe’ en plaza, mando retirar un millón doscientos mil de euros de la ecotasa para sufragas el conciertito ese, con público invitado, y afín, para satisfacer a sus seguidores votantes. Menuda farsa. Y todos convencidos del evento cultural gratuito, para asistentes al festival, dinero procedente del impuesto turístico abonado por los visitantes, u hoteleros. Los ingresos de la ecotasa, acumulados en seis años, se adjudicaron a proyectos de rehabilitación de los edificios góticos de Can Serra y de Can Weyler, para el yacimiento prehistórico dels Closos de Can Gaià y otros tantos patrocinios para mejoras y crear centros de interés de referencia internacional como la Fundación Juan March, la Fundació Miró Mallorca, el Teatre Principal, etcétera.

Nuestros políticos confunden transparencia con neblina, creyéndonos lerdos por tragar lo que nos echan. Pues yo digo, que el desvío de dineros de la ecotasa no tiene disculpas: es un fraude. Sería honesto explicaran la naturaleza del desvío hacia propósitos anómalos, en beneficio de una emisora de radio peninsular. Seguro que los turistas aplaudirán a ese poderoso señor todolopuede. Los gallegos hablan sin decir ni concretar. No crea, los de Balears le hemos pillado, amigo. También nosotros somos ininteligibles y largamos ese particular au! au! Ves a fregir estopa. Con dinero ajeno no se juega, ni se miente, jefe, y baje la voz.