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Fiesta de todos los Santos. Así figura en el calendario el día de hoy. De Todos los Santos quiere decir de todos, no de algunos o de uno en particular. Digo esto porque como cada día del año está dedicado a uno o más santos –beatificados y canonizados–, entiendo que la jornada de hoy está dedicada al resto de los que, aunque tengan nombre y apellidos, no figuran destacados en los otros de días del calendario religioso que nos organiza la vida de cada día.

En Mallorca también vivimos la celebración religiosa como parte de nuestra tradición y como una fiesta con identidad propia. Al decir propia me refiero a la particularidad que nuestros antepasados dieron a la solemnidad del día. Porque aquí tenemos la costumbre de integrar con un toque de identidad todo lo que llega de fuera y de afuera. Es una forma de hacer que las cosas resulten más agradables y de sentirlas más nuestras. En el caso de la fiesta de Todos los Santos, de que ésta sepa mejor y de hacer de ella una jornada lúdica y festiva más dulce, alegre y popular.

En Mallorca, el primero de noviembre es el día que más azúcar se consume del año. Las pastelerías, panaderías, cafeterías y demás erías, ofrecen ossos de sant, panellets y panetets de la mort, rosaris ensucrats y otras delicias de yema, de nata y merengue, crema y chocolate. Añade a eso las cajas de caramelos y golosinas, pastas almendradas y pasteles de mazapán, buñuelos y bombones, frutas azucaradas y confitadas. El resultado, bombas empalagosas de azúcar que alegran la glucosa, inmovilizan la tensión y adormecen el corazón. Menos mal que la fiesta de marras se celebra una vez al año y que, aunque un día al año no hace daño, hay que celebrarla con una dulce moderación.

No te olvides de que, en este mismo calendario litúrgico, mañana es el día de los fieles Difuntos.