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Era el año 2014, cuando vivía en Maryland, paseando un fin de semana por los barrios de Baltimore, descubrí un restaurante afgano en el centro de la ciudad. Se llamaba The Helmand . Mi sorpresa fue cuando me enteré de que el propietario era el hermano del expresidente de Afganistán y su mano derecha durante todo su mandato. De hecho, Abdul Qayuum Karazai fue nombrado sucesor de su hermano y se presentó para las elecciones. En esa época, era proclive al diálogo con los talibanes, lo que le obligó a retirarse de la campaña presidencial y conformarse con una cadena de restaurantes cerca de Washington.

Los talibanes: los ‘estudiantes’ en árabe. Una banda de matones creada por EEUU durante la guerra fría para contrarrestar la invasión soviética. Los líderes talibanes fueron becados en las universidades americanas, aprendieron en las mejores escuelas militares y cuando dejaron de servir la causa del tío Sam, se convirtieron en el enemigo número uno de EEUU. Sus recursos provienen del opio, su mayor fuente de ingresos. Se benefician de una producción de 9.000 toneladas al año por valor de 1.400 millones de dólares.

Mulá Abdulgani Baradar : líder de los talibanes desde el 2009, fue detenido en 2010 en Pakistán por las fuerzas estadounidenses, en 2018 fue liberado en el marco del proceso de paz con el Gobierno afgano, y el año pasado fue recibido por un enviado de Trump . Baradar, que hasta hace pocos días lideraba las negociaciones en Qatar y hablaba por el pueblo afgano, negoció la salida de Ashraf Gani del país con destino a Uzbekistán. Mulá Abdulgani estuvo veinte años sin pisar territorio afgano y ahora vuelve para ser proclamado el próximo presidente de Afganistán con el reconocimiento de EEUU y Rusia.

La situación de la mujer: durante el reinado de Amanullah (1919-1929), se promovió la libertad de la mujer en la sociedad civil, se incentivó la educación femenina y en 1921 se impusieron restricciones a la poligamia. La reina Soraya fue considerada la primera activista feminista afgana y musulmana por su defensa de los derechos y libertades de la mujer. En los años sesenta, la mujer afgana ocupaba espacios públicos y tenía derecho a voto gracias a la constitución de 1964. La historia empezó a cambiar a partir de la invasión soviética de 1979 y los sucesivos golpes de Estado que ponían en la diana la libertad de la mujer. Con la invasión americana, la mujer afgana sufrió por partida doble: las prohibiciones de las libertades por parte de los talibanes y las violaciones y abuso de las niñas por parte de los soldados afganos. La práctica de ‘Bacha Bazi’ está muy extendida entre los soldados afganos y solo fue prohibida ‘irónicamente’ por parte de los talibanes entre 1996-2001. Con la vuelta de éstos al poder se pierde la esperanza en los derechos de la mujer.

La situación de Afganistán en el mapa de la geoestrategia internacional la convirtió durante décadas en un atractivo campo de batalla. Primero fue con la Unión Soviética que invadió el país y salió corriendo después de haberlo convertido en un centro de bandas terroristas. En 2001 entró EEUU y tuvieron que pasar cuatro presidentes y millones en gasto militar para tirar la toalla y abandonar la zona a su suerte. Ahora, vamos a esperar el papel que va a jugar China en esta nueva partida.