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Dos de las grandes cadenas de las Islas tienen en Túnez la mitad de sus hoteles del norte de África; pero Barceló y Iberostar no son las únicas empresas mallorquinas instaladas desde hace años en la otra orilla del Mediterráneo. Y de ahí que desde que estalló la primavera árabe hace diez años, los acontecimientos de esta zona se sigan muy de cerca en Mallorca.

Algunos llaman a lo que pasó hace unos días en Túnez un golpe de Estado, otros analistas vaticinan que esta va a ser la nueva primavera árabe. Pero antes de saber que pasa en Túnez, conviene saber quién es Kaïs Saeid. Este personaje, ganó las elecciones en octubre de 2019 con la promesa de acabar con la corrupción al mismo tiempo que con la homosexualidad, apostando por lo público y acabar con el libre mercado para crear cientos de miles de puestos de trabajo. Durante toda su campaña electoral, sus mensajes iban dirigidos contra la igualdad y el estatuto igualitario de la mujer. En resumen, un perfil ultraconservador a lo árabe.

Cuando el hambre tocó la puerta, la gente se olvidó que veinte meses atrás coreaban el nombre de Saeid por las calles y celebraban su aplastante victoria con un 72 % de los votos. Ahora la situación es otra, la gente se muere antes de llegar a los hospitales por falta de las vacunas, el paro está batiendo todos los récords y las familias no tienen para comer. La llegada de Kaïs al poder, embarcó a Túnez en una crisis social sin precedentes, pero la emergencia sanitaria (se contabilizan una media de 20 muertos diarios) agudizó aún más la situación, llegando la contracción de la economía un 8,8 %. El país necesita actualmente 7.200 millones de ayuda externa para paliar los efectos de la crisis.

La solución que ofrece el presidente tunecino para estos graves problemas sociales y para retener el fuego de las protestas en las calles, es una vuelta de tuerca a la democracia y simular los pasos del presidente egipcio Al Sissi: Paralización del Parlamento durante 30 días, fulminar el primer ministro y asumir sus funciones, control militar, intervenir la fiscalía general, detención de varios diputados y blogueros opositores. La pieza clave en todo esta escenificación es Rachid Ghannouchi, líder histórico del partido Ennahda y presidente del Parlamento. A Rachid se le impidió entrar en la Cámara para ejercer sus funciones y con ello la persecución contra Ennahda acaba de empezar. El objetivo es acabar con este movimiento islamista que fue el germen de la primavera árabe y cuenta con el apoyo de Qatar. Los sustentos internacionales a este golpe de Estado de momento se mantienen al margen; pero nadie duda de que el padrino de Kaïs Saeid (63 años) es Mohamed Bin Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudí.

En la playa tunecina de Gammarath se celebró la edición de los premios Formentor de 1967, el premio se trasladó por primera vera fuera de España por culpa del franquismo. Franco había declarado persona non grata al editor italiano antifascista Giulio Einaudi. La edición del 2021 de los premios Formentor debía celebrarse en el hotel Concorde les Berges du Lac de Túnez. Pero, otra vez, por la política y por los recientes acontecimientos, se cambia Túnez por Sevilla. Con ello, el país norteafricano pierde un escaparate turístico necesario, a la espera de solucionar sus problemas internos.