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Si en algo le doy la razón a Marga Prohens es en la cobardía de quienes han presentado una denuncia contra ella en la Oficina Anticorrupción de Baleares. Amparándose en el anonimato han denunciado un incremento patrimonial no justificado de 160.000 euros de 2015 a 2019 y lo han hecho con alevosía, sin dar la cara, sin la valentía de hacerlo públicamente y justo cuando acaba de ser elegida presidenta del PP balear, lo que significa que han estado esperando el momento oportuno para ir a por ella.

Y me da igual que se llame Prohens, Armengol, Costa, Santiago o Thomàs, porque el acto sería igual de cobarde en todos los casos.

Este juego sucio, esta falta de principios y estas actuaciones que no buscan esclarecer posibles delitos sino atacar directamente a las personas, me parece nauseabundo. Esto no es hacer política, esto no es juego limpio, esto es simple y llanamente persecución. ¿Alguien me puede explicar por qué ahora y no hace meses? Muy sencillo, porque los autores no buscan transparencia ni democracia, ni justicia, sólo ‘vendetta’.