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El 17 % de la población mundial se encuentra en el tercer continente más extenso del mundo. 1.300 millones de habitantes en un entorno que acoge la cuarta parte de la pobreza del mundo. En pocos días el continente africano pasará a llamarse la nueva India, no por la densidad poblacional, sino por el récord de fallecidos por COVID-19. Hasta ahora, el continente africano solo ha recibido el 2 % de las vacunas administradas a nivel mundial.

El 27 de mayo, publiqué en mi columna de Ultima Hora un artículo sobre el día de África, y allí hablaba de que el continente está aguantando bien la pandemia y no está sufriendo tantas muertes como se predecía en primer momento. Esa afirmación era demasiado optimista para que fuera real. El tiempo ha demostrado que los números declarados no reflejaban la realidad del impacto del virus sobre una población que ahora se encuentra cansada de las restricciones, un sistema de salud inexistente y unas vacunas que no llegan.

Siete de las 54 naciones africanas no han llegado a inmunizar al 10 % de su población, excepto Marruecos. Y es que el mayor proveedor de vacunas para el continente, el sistema de COVAX, que se creó por parte de los países ricos para ayudar a los más pobres, está paralizado por el frenazo de la India que ha parado la entrega de las vacunas Oxford/AstraZeneca. La previsión, si no hay otro contratiempo, es reanudar las entregas a finales de 2021.

También en el mes de mayo pasado, la Administración de Joe Biden prometió la liberación de las patentes de las vacunas para que el mundo pudiera tener acceso a los ensayos y fabricación de las vacunas. Con ese anuncio, se han visto perjudicadas las farmacéuticas que se desplomaron en la bolsa y por consecuencia esa promesa se la llevó el viento. La liberación de las patentes estimula la innovación, democratiza el derecho a la salud y, por consiguiente, puede salvar a todo un continente.

Faltan pocas semanas para tener, aquí, el 70 % de la población vacunada y así conseguir la inmunidad de grupo. Será un gran logro para España estar en el pódium de los países europeos en conseguir este hito de la inmunización. Pero nos olvidamos de que la ausencia de vacunaciones en otros países del mundo nos afecta directamente a nosotros y las apariciones de nuevas cepas es debido a que el virus no obedece a fronteras.
África agoniza ante nuestras pasivas miradas y si no le ayudamos, no nos salvamos.