Estos días son especialmente tristes. Yo me pregunto ¿para qué escribir estas obviedades?
Después de meses aplicando medidas contundentes a los residentes en Baleares, con la buena intención de dejar las islas en condiciones de tener un verano turísticamente aceptable –pese a todo el rollo del cambio de modelo y la animadversión más o menos descubierta hacia el turismo–, tropezamos nuevamente con la misma piedra de hace dos meses, de hace cuatro, de hace medio año, un año, etcétera: la incapacidad para traspasar las normas del papel impreso a la realidad; la impotencia para gobernar. Después de haberle contado a todo el mundo que «somos un destino seguro», resulta que más de mil chavales se marchan de las Islas contagiados. Para ellos y sus familias, somos un destino seguro, pero de contagio seguro. Hacía mucho que no éramos noticia destacada en todo el país. Por si en Londres y Berlín no están leyendo los periódicos…
¿Qué nos ha ocurrido? Lo mismo que nos pasó el verano pasado cuando en la calle del Jamón los alemanes montaron un tremendo follón y las imágenes dieron la vuelta al mundo y su gobierno dejó de permitir las vacaciones en Mallorca. Lo mismo que nos pasa en Magaluf, donde llevamos décadas intentando poner orden, sin éxito alguno y que se repetirá desde la semana que viene. Lo mismo que nos pasa con los botellones, que los hemos prohibido de todas las maneras y, sin embargo, se celebran como si nada. Lo mismo que ocurrió en Ciutadella, donde se prohibieron las fiestas de Sant Joan pero siete mil personas acudieron y organizaron la misma jarana de todos los años, sólo que sin aglomeraciones.
¿Dónde se pierde nuestra energía?
En el paso que va desde el Boletín Oficial a la calle. Sobre el papel, con más o menos acierto, con más o menos esfuerzos personales, somos eficaces. Pero a partir de ahí esto es un desastre. Aún me acuerdo del confinamiento de un barrio de Palma, al que estuve acudiendo cada día durante todo el tiempo que duró el aislamiento, sin que jamás viera un vigilante; o el cierre a cal y canto de la ciudad de Ibiza precisamente un fin de semana en que yo estuve de vacaciones, entrando y saliendo mil veces, sin siquiera enterarme de que aquello estuviera en cuarentena.
Yo sé que esto en el Govern sienta mal. Lo entiendo. Pero el problema no es de esta administración. Ni de la anterior. Es del sistema, que simplemente no funciona. Lo poco que va, es a precios imposibles, contratado fuera, acudiendo desesperadamente a proveedores que hacen su agosto. Porque nuestra estructura pública es inútil.
Los políticos tienen la culpa en saberlo y mantener la ficción de que no es así; en intentar aparentar que están al frente de la nave, cuando saben perfectamente que esto depende del viento: si los chavales de viajes de estudios no se hubieran infectado, habríamos dicho que nuestras medidas fueron efectivas y que se demuestra la calidad de nuestra gestión. Hubiéramos mantenido la ficción como si fuera una realidad. Desgraciadamente se ha visto la verdad, pero ahora culpamos a los hoteles, a las agencias de viajes, a las hormonas de los chicos, a la legislación nacional y a sus familias.
El ser humano topa dos veces con la misma piedra. Nosotros no vemos la piedra. Y nos estampamos cada día.
10 comentarios
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¿Dònde se pierde nuestra energía? En la falta de control pero sobre todo en la de autocontrol. Es lo mismo que con la basura y escombros, por muchos contenedores que haya si viene el incivilizado de turno y lo deja todo fuer, es lo mismo. En cuanto a lo de turismofobia encubierta, pensar, soñar una economía diversificada no se puede catalogar de fobia y menos encubierta
Una pregunta para usted .. ¿que intereses había en hacer cribados masivos en la Peninsula a estos chicos? Porque solo se hacen cribados masivos cuando le interesa al Gobierno?? Basta de manipulacion, engañarás a 4 borregos, los demás estamos hasta las pelotas de vuestro show.
Y se han destapado los contagios "gracias" a los estudiantes de fin de curso, sino seguirían callando y aparentando que aquí no los hay, y venga y dale con "destino seguro", como muy bien dices, destino de contagio seguro. Aunque hubiesen prohibido, (con lo que les encanta prohibir), los viajes de estudiantes, aquí la incidencia seguiría subiendo a consecuencia de los desfases y botellones de autóctonos y alemanes, que por cierto a éstos no se les hacen controles. Nos enteraremos cuando regresen a su país y Alemania nos ponga en evidencia. Pero según el Govern, ellos no pueden hacer más, lo mismo que decir ya no sabemos que hacer pues lo hemos hecho mal desde el principio. Y siguen engañando al resto del mundo con su eslogan de destino seguro.
Buen artículo!
"Os vais a Mallorca en busca del coronavirus después de que durante meses, en el instituto, nos hayamos dejado la vida para que no os contagiéis y no contagiéis a vuestras familias... la agencia de viajes que ha promovido este atropello sanitario les dio las fechas del viaje cerradas coincidiendo con los exámenes de la evaluación extraordinaria y se nos instó a que desde Jefatura de Estudios enviásemos a dicha agencia un documento donde especificáramos que algunos alumnos habían suspendido para que se les pudiera devolver el dinero... alumnas (una de ellas, al parecer negacionista) pretendieron que el equipo directivo cambiara las fechas de los exámenes para ellos poder irse cuando la agencia imponía... los estudiantes han dicho que no les obligaban a llevar mascarilla. ¿Perdón?, ¿en serio?, ¿a estas alturas hay que "obligar" a futuros universitarios a llevar mascarilla?, ¿hay que obligar a casi adultos a cumplir una norma mundial?, ¿a qué jugamos?,¿vamos a dejarnos chantajear por un argumento tan infantil usado de forma torticera por personas que han jugado a ser adultos viajando a kilómetros de sus hogares para, no nos engañemos, cogerse una cogorza detrás de otra lejos de padre/madre?, ¿en qué quedamos?, ¿adultos o niños?... A veces pienso que el ser humano está mejor confinado. Luego pienso que la mezquindad es minoritaria y me consuelo un poco. Pero poco, porque si algo he aprendido este año, con toda la información que manejo como jefa de estudios adjunta, como coordinadora Covid y como rara avis que no entiende otra forma de vida que en sociedad, capaz de anteponer su grupo o a otro miembro de este frente a sí misma como ente individual, es que hemos vuelto a fracasar por culpa del individualismo, del egoísmo y de un egocentrismo mal gestionado." (Carta de una docente que ha dimitido de su puesto de coordinadora) “El sensacionalismo es legítimo en literatura e imperdonable en periodismo” (Berna González Harbour)
Coincido con la opinión expresada en el artículo. Sólo añadiría la prepotencia este Govern.
Alguien se ha preocupado de saber de donde venían mayoritariamente los alumnos. Supongamos, lo mas seguro, que han sido ellos los portadores del contagio, por supuesto ayudados por las macrofiestas. Si de cada 4 ó 5 alumnos venidos tres son de una conocida comunidad laxa en sus medidas, mentirosa en sus datos, con mas de 30.000 muertos, ¿Qué dice la lógica? ¿Qué indica el índice de probabilidades de contagio? , pues eso es lo que hay y por supuesto es mi opinión tan válida como las demás.
La incompetencia gubernamental roza lo sublime. Este modelo de gestión de como NO DEBEN hacerse las cosas seguro que será objeto de estudio en la facultades de medio mundo, en la de aquí seguro que no.
La GESTION ha sido DESASTROSA..(Lamentablemente)
El error es la falsa histeria en la que vivimos todos en vez de normalizar la situación cuánto antes. Se hubiese abierto totalmente en mayo y los hoteles estarían repletos de familias alemanas y británicas ahora. Pero por falta de clientes a los hoteleros no les quedó más remedio que vender estancias a los jóvenes que normalmente no vienen a estas alturas de una temporada. Mezcla explosiva de economía de mercado y peligroso autoritarismo estatal.