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Redacto el titular desde la convicción de la vaguedad del mismo, ya que en realidad el siglo al que me refiero guarda relación con la fundación de los partidos comunistas. El comunismo es algo que podría haber estado anclado en el corazón de los seres humanos, a la izquierda en su pecho desde tiempos inmemoriales. Carnets, estrategias y disciplina son otra cosa. Tendríamos que hablar mucho de ello, pero espacio manda. Al grano, pues.

Más allá del emblemático PCUS, creado en 1912, los partidos comunistas de nuestro Occidente han cumplido o están a punto de cumplir 100 años. El Partido Comunista de Francia fue fundado en diciembre de 1920; el vigoroso y distinto PC italiano nació en enero de 1921; el de Portugal en marzo de ese año; y el Partido Comunista de España, ese PCE bandera de la oposición durante la dictadura que dejó a la sombra a otras formaciones hasta los albores del cambio en este país, nació el 14 de noviembre de 1921.

Grande fue el PCE, grandes sus sacrificios, y enormes sus disensiones internas, pero fue durante décadas el partido del que se hablaba en universidades y fábricas cuando de combatir el franquismo se trataba. Bien merece que en noviembre próximo recordemos su aniversario. Por lo demás, los partidos comunistas se han ido difuminando al coincidir con la desaparición de una clase obrera como tal que o bien se mantiene ajena a la política, o se inclina hacia la extrema derecha. Es fácil imaginar los restos de Marx removiéndose en su tumba. Los tiempos imponen sus ritmos y actualmente el comunismo de partido huele a naftalina. ¿Quién sabe si vendrán otros tiempos?