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Ibai Llanos , después de organizar la velada de boxeo entre youtubers que colapsó Twitch, se ha hecho con los derechos de emisión de la Copa América. Mientras, la famosa Super Liga de Florentino se enreda entre amenazas judiciales y económicas. La gente joven no ve los partidos de fútbol por la tele, seguramente porque el medio se ha quedado obsoleto: ni siquiera es interactivo. Hace unos días, una tertulia televisiva de máxima audiencia incluía entre sus estrellas a Víctor Manuel , Celia Villalobos o Ramoncín como si viviésemos en el siglo XX. Y otro programa de ‘prime time’ se lucía con José Bono o Revilla.

Ilustres y respetables pero muy lejos de la órbita que transita la juventud, enganchada a TikTok, Instagram o Twitch. A las redes y plataformas, ajenas a la prosopopeya de la televisión. Así que Ibai Llanos, icono de esta cultura, hace unos días se encontró en ‘streaming’ con L-Gante . Sí, el rapero que protagonizó los incidentes del concierto en la Plaza de Toros que finalmente fue suspendido por la policía, pero que ha vuelto a Palma para repetir el evento.

Esta es seguramente la brecha generacional que incomunica padres e hijos, profes y alumnos, a través de rutas paralelas cada vez más divergentes. La televisión, reina clásica de la casa y epicentro del ocio doméstico, simplemente no existe para la gente joven. De hecho, apenas hay caras jóvenes en la tele. Por su parte, los mayores ignoran lo que es Twitch: una plataforma donde cada día, cada momento, pasan cosas nuevas por muy superficiales que parezcan. Pero, ¿no son los ‘realities’ o el fútbol superficiales, promocionados a bombo y platillo?