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Suena el teléfono de Andreu Mas-Colell, hace ya algunos años. Al otro lado de la línea, un Premio Nobel de Economía le consulta un problema matemático. Mas-Colell responde, solícito y con convicción, con explicaciones técnicas, resolutivas. Se escucha el agradecimiento de su interlocutor. Me contó esta anécdota Jordi Nadal, mítico catedrático de Historia Económica: otro grande. Categoría y nivel del personaje. Andreu Mas-Colell, 77 años, es catedrático de Economía, Universitat Pompeu Fabra. Difícil sintetizar la trayectoria, dilatada y provechosa, de este eminente economista, maestro de otros; sirvan estos breves apuntes: docente e investigador en Minnesota, Berkeley y Harvard, enorme intelectual con trabajos considerados referenciales en las universidades norteamericanas, candidato recurrente a Premio Nobel de Economía, fundador de la Universitat Pompeu Fabra, gestor desde diferentes cargos (vicerrector, conseller, entre otros) desplegados con honestidad y rigor. Y, sobre todo: una persona dedicada al servicio público, con resultados de enorme trascendencia; las grandes bases modernas de investigación en Catalunya se han inspirado y desarrollado bajo su influencia directa. Una herencia impagable.

Ahora, el Tribunal de Cuentas le imputa, de alguna forma, la base financiera del ‘procés’, cuando Mas-Colell era el máximo responsable de las finanzas catalanas, de manera que amenaza su patrimonio personal: se busca su ruina. Un despropósito que quedaría suficientemente superado si miembros del Tribunal hubieran leído el libro que escribió, junto a Albert Carreras, catedrático de Historia Económica y su brazo derecho en la Conselleria (Turbulències i tribulacions, Ed. 62, Barcelona, 2018).

Conozco a Andreu Mas-Colell desde hace años. Mantuvimos una relación fluida cuando él era conseller de Economía y Hacienda de la Generalitat y yo ocupaba idéntico cometido en el Govern balear. Encuentros de trabajo e intercambio de informaciones y datos sobre gestión y financiación autonómica en Barcelona y Madrid, todo en tiempos muy difíciles, durante la Gran Recesión. Mas-Colell es persona sencilla, modesta, de una pieza, con extraordinaria capacidad analítica y voluntad inequívoca de compartirla. Con Andreu coincidimos en distintos actos académicos y profesionales en Barcelona y Palma, tras nuestros respectivos pasos por la gestión económica. En 2017, le llamamos desde el Consell Econòmic i Social para que, junto a otros expertos externos, asesorara en un importante documento de prospectiva que el CES estaba elaborando junto a la UIB: el Horizonte 2030 para Balears. Tuvimos las aportaciones y argumentos de Andreu en dos seminarios en Palma, y en muchas llamadas telefónicas para realizar consultas. En todo momento, con una atención y dedicación profundas y gran complicidad hacia el trabajo que estábamos desarrollando en el CES.

Me duele que esté pasando por estos momentos, difíciles e injustos. Le llega la solidaridad de muchos colegas, de mucha gente de todo el mundo; lo indica Álex, su hijo. Estas líneas, modestamente, se suman a ese imbatible reconocimiento de Mas-Colell, como científico y, sobre todo, como una persona honesta.