TW
0

En la Baviera decimonónica, los integrantes de la institución secreta de los illuminati (los iluminados) decidieron convertirse en una congregación con estructura religiosa. Sabían que solo de aquella manera podían conseguir prestigio, poder y toma de decisiones, hasta situarse en órganos de mando. Su misión era oponerse a los abusos del gobierno establecido, a la corrupción política imperante y a cualquier injerencia religiosa en los asuntos del Estado. Hay quien dice que fueron los que diseñaron la Revolución Francesa.

Aquellos illuminati se creían poseedores de la verdad, iluminados con la luz del saber, únicos capacitados para determinar lo que estaba bien y lo que estaba mal. En sus proclamas anunciaban defender los intereses del pueblo, acabar con las injusticias, luchar contra las desigualdades y reducir los impuestos. Se indignaban cuando recibos como el de la luz subían un 4 % y anunciaban que si algún día llegaban al poder, una de las primeras medidas que tomarían sería abaratar el coste eléctrico. En una ocasión, utilizaron miles de octavillas para convencer a la población de que eran los únicos que podían reunirse con los oligarcas con peluca sartine , que dirigían las compañías eléctricas, y evitar que la factura de la luz volviera a subir.

Mucha gente creyó a los illuminati y cuando éstos alcanzaron las más altas cotas de poder, el precio de la luz subió un 44 %. Fue en ese momento cuando la población se sintió burlada, engañada y utilizada. Lo que había pasado era que a los illuminati se les había olvidado decir que la iluminación era algo más que el recibo de la luz y ese algo era muy valioso y muy costoso, y alguien tenía que pagarlo, efectivamente. Cuando los illuminati descubrieron que la luz además de alumbrar también iluminaba, dejaron de decir que la luz era un derecho y la convirtieron en un bien de lujo.