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El otro día, el compañero Gonzalo Berger reveló el nombre de otra miliciana de la Batalla de Mallorca. Hasta ahora, sólo conocíamos su rostro gracias a una foto que publicó La Vanguardia en agosto de 1936. En la imagen aparecen dos mujeres con un fusil y una bandera en la cima de ses Talaies, al lado de Son Carrió, en Sant Llorenç des Cardassar. Ahora sabemos que una se llamaba Margarita Cabrero Guiu, tenía 18 años, era de Barcelona y militaba en el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC). Sobrevivió a la guerra, tuvo dos hijos y murió en 1995.

Todavía queda mucho por saber sobre la batalla que duró 20 días en Manacor, Sant Llorenç y Son Servera. Por ejemplo, nos falta conocer el número de participantes, su nombre, su ideología y la cantidad exacta de muertos y heridos. Asimismo, hay que reinterpretar el transcurso de los combates gracias a la nueva documentación de archivo y al trabajo arqueológico que llevamos cuatro años realizando en el proyecto ‘Espais de la Batalla de Mallorca 2017-2022’. Este verano volveremos a la zona para acabar de prospectar el terreno y proteger el material en el Museo de Mallorca (ya hemos entregado más de 150 objetos). La idea es crear una web con toda la información, rutas de memoria y un centro de interpretación donde conocer de cerca los hechos más importantes del siglo XX español.

Todo este trabajo lo hacemos ocho personas de manera desinteresada. No hemos recibido subvención ni remuneración alguna. Sólo el Ayuntamiento de Son Servera nos ofrece alojamiento y comida los días de trabajo de campo. El Consell de Mallorca nos da la autorización y luego le entregamos el material con una memoria de 200 páginas. Ya hemos publicado varios artículos científicos y participado en congresos de la Península donde hemos colocado a Balears en el mapa. Los medios de comunicación también han valorado nuestro trabajo, sobre todo en la campaña de 2019, cuando excavamos por primera vez en la historia una trinchera en Mallorca.

El Gobierno central y las comunidades están invirtiendo en estos estudios y la recuperación de los espacios de la Guerra Civil. Ya existen museos y centros de interpretación de las batallas del Ebro, Teruel, Jarama, Brunete, etc. Según un estudio de Newtral, el Govern balear destina 1,3 millones a Memoria Histórica, el segundo mayor porcentaje en base al presupuesto total de la comunidad –sólo le gana Navarra–. Lo usa principalmente para financiar trabajos sobre la represión y organizar actos de homenaje.

Queda todavía mucho por saber, también sobre los bombardeos y la ocupación italiana. Estamos convencidos de que los hechos de Mallorca fueron más trascendentales de lo que nos han contado.