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Para algunos es una vergüenza, para otros es un testigo arquitectónico de su época. Pero sin embargo desde hace mucho el edificio de Gesa es una ‘manzana de la discordia’ entre unos partidos reñidos.

El autor de este edificio, el arquitecto Josep Ferragut , inspirado en la arquitectura de estilo Bauhaus, se revolvería en la tumba si viera estas querellas.

Sin duda el lugar es excepcional y está predestinado para modificar no solo el entorno sino también ‘la entraña’ de esta ‘caja’ que levanta las ampollas de la política. Pero desde hace mucho tiempo y hasta ahora no hay ninguna solución a la vista. ¿Qué pasa? ¿Qué sucederá? Cada día que pasa el edificio se degrada, se descompone y se convierte en un ‘monumento de la vergüenza’ y de una impotencia política.

Una reforma a efectos del interés público sería más razonable que una demolición contaminante para el medio ambiente, aparte de los problemas y de los gastos que supondría retirar los escombros. Y tampoco ayudan ideas fuera de la realidad como por ejemplo convertir el interior del edificio en una ‘zona verde’ o en una colección de diseños experimentales sin finalidad útil y además no practicable. «¿Quieres seguir vagando? Mira, lo bueno está tan cerca.»

La solución: crear una ‘meca’ del encuentro y de actividades. Pensando en superficies generosas que nos inviten a experimentar y relajarnos en el centro se instalaría un canal de agua rectangular que fluyera con el edificio en el centro como en una isla, bancos escalonados de piedra auténtica mallorquina (de Binissalem) que inviten a pasar un momento agradable, pero también a contemplar la bahía de Palma y la parte histórica de la ciudad, sendas y puentes acotados por el verde refrescante. Un auténtico pulmón verde rozando el mar. Y en la fachada especular se reflejarían el mar como también el casco antiguo y la vida pulsante.

Solamente así el monumento despuntado y solitario puede cobrar importancia y convertirse en un punto de atracción, como testigo de la arquitectura moderna en medio de la muralla antigua de la ciudad y el nuevo Palacio de Congresos. Un reflejo de la evolución histórica.

Una parte significativa del proyecto podría ser un túnel subterráneo donde discurriría el tráfico que circula por delante del conjunto y que enlace el parque con la playa, abierto y sin obstáculos y para destacar la importancia del entorno. Otra alternativa podría ser un puente peatonal con una cubierta vítrea de seguridad que uniría el parque con la playa.

Fuera y dentro del edifico se debería trabajar con intensidad y delicadeza a la vez: para el exterior, nuevas vidrieras que permitan a mejorar la puesta en escena del juego óptico entre la luz y el mar. Para el interior, una presentación con acento museístico de las ideas arquitectónicas y del interiorismo de autor, combinado con una puesta al día del resto del interior del espacio.

Y ahora es cuando viene la pregunta: ¿en qué debería convertirse el conjunto finalmente?

¿Solamente en un monumento arquitectónico sin efectos económicos o en un hotel o en otro centro de conferencias?

Habría, por supuesto, otras posibilidades de revivir los espacios interiores, tanto llamativos como lucrativos como por ejemplo:

l Un punto de encuentro y de la comunicación (’Meeting Point’).

l Un paseo por la historia de la electricidad y de la misma Gesa, desde el filósofo de la Grecia antigua Thales (600 a. de J.C.), el británico William Gilbert (1600)o el estadounidense Thomas Alva Edison (1847-1931) hasta el presente, incluyendo visiones futurísticas y su influencia en la Mallorca de hoy en relación con la arquitectura en el transcurso del tiempo.

l Eventos culturales.

l Una librería especializada en los temas previstos.

l Cafeterías, zonas de lectura y un restaurante panorámico con terraza en el último piso, sólo por nombrar algunas de las posibilidades.

l Un ascensor exterior acristalado que comunique todos los pisos y consiga la perfección visual.

En este aspecto, deberían potenciarse ideas brillantes y elaboradas antes de que, cada dos por tres, surjan propuestas poco trabajadas y sin dar en el clavo en lo que se refiere ala utilidad y la atracción a la vez.

Por eso es el momento de ¡echar una mano!