TW
0

En una de mis habituales ensoñaciones, esta vez ocasionada por las dificultades que estamos atravesando la humanidad en particular y el mundo en general, pasó por mi cabeza la impar y singularísima película de Vincente Minnelli titulada Brigadoon . Para el lector que tenga la desventura de no conocerla, Brigadoon es un pueblo ideal donde todo sucede como debería suceder, donde todo está programado para que todos los personajes alcancen la felicidad y nada termine en infortunio. El mayor problema de la película es que su historia no tiene la menor posibilidad de existir en el mundo que conocemos. En una palabra, es una ilusión; y las ilusiones son prácticamente imposible hacerlas reales.

Como soy muy cabezota me propuse desentrañar por qué en el mundo no puede existir Brigadoon; o todavía más exhaustivo, por qué el mundo, todo el mundo, no puede serlo. Lo cual sería un gran regalo universal. La única teoría plausible que existe sobre ello es que desde el momento que existe la dualidad es imposible la unidad y solamente en la unidad podría existir un Brigadoon, o que el propio mundo, todo el mundo, fuese un Brigadoon. Llegado a este punto, siguiendo con mi tozudez, me propuse desentrañar por qué el mundo, aunque no pueda ser Brigadoon, tiene que ser tan aterrador y no pueda ser más encantador para una gran mayoría. La pregunta me la formulé de la siguiente manera, por qué el mundo no puede ser más humano. Oh! Enseguida vi que en esa palabra ‘humano’ estaba la respuesta. Porque precisamente lo que realmente hace tan terrible al mundo es precisamente debido a la existencia de los humanos. Me pasé algún tiempo recapacitando y vi que si en el mundo existiese todo lo que conocemos excepto el género humano sería muchísimo más ecológico, para definirlo con una palabra muy actual. Es decir, que el mundo, sin los humanos, sería muchísimo más cordial, porque las relaciones entre los seres vivos entre sí y su entorno sería mucho más natural.

El hombre no es el único ser que entorpece la relación natural entre los seres vivos, pero es innegable que es el que más la ocasiona. En este relato he llegado a un punto en el cual no hay continuidad posible porque solamente existen dos opciones. La primera, aceptar lo que la humanidad ha aceptado desde que está en este mundo. Que no hay alternativa y que se debe bailar con la música que nos toca. Se pueden hacer mejoras, pero siempre habrá necesidad de regenerarlas y que nunca se conseguirá llegar a ningún Brigadoon ni a nada que se le parezca. Esto no es muy consolador para cualquiera que pretenda encontrar una solución para el interminable caos humano; pero de momento es la única que sabemos manejar. La segunda opción es terrorífica, y no puede ser otra que el suicidio generalizado de toda la humanidad para dejar a los demás seres del mundo vivir sin injerencias humanas; algo que sería llevar hasta el extremo la cotidianidad. Esta opción es aterradora. En parte, es la que han adoptado todas las dictaduras porque siempre consideran que los malos son los otros. Pero hacerlo sistémico, con el fin de liberar a los demás seres, sería una muestra de madurez del género humano y podría ser muy apropiado para el resto del mundo.