TW
0

Un estudio elaborado desde el Fondo Monetario Internacional y de publicación reciente advierte a los gobiernos de los países en general de los peligros que entraña la concentración de mercado llevada a cabo por las multinacionales. Concretamente, se refiere a las grandes empresas tecnológicas y a la industria farmacéutica, convertidas ya en operadores dominantes que anulan toda nueva competencia. Se refiere el estudio a que en las últimas décadas de liberalización económica –digo yo que por llamarla de algún modo– se han formado poderosos oligopolios en los sectores ya citados, y que no se dan en otros. En suma, se habla de un reducido grupo de compañías que partiendo de su posición dominante dictan sus condiciones en lo concerniente a mercado y previos. Todo ello redunda en una disminución del crecimiento de los competidores, erosionando indirectamente objetivos deseables, como los incentivos para la innovación y tal. Bien. Es algo sorprendente que se haya tenido que llegar hasta aquí, cuando se ha hecho tan tarde, para que el FMI llame la atención a los gobiernos acerca de las trapacerías perpetradas por las grandes multinacionales, ya sean tecnológicas o farmacéuticas. Y ello ocurre precisamente ahora, en plena pandemia, cuando las citadas están adquiriendo más fuerza. Entendámonos, y dejando de lado la pandemia en sí, pensemos en las calculadas consecuencias y ‘casualidades’ que se están dando.

Ante la situación, uno no puede dejar de pensar que el FMI puede estar quemando su último cartucho, vamos, formulando una especie de «ya lo dijimos». Porque de ir en serio la advertencia del FMI, podrían haber empezado por referirse a la posibilidad de presionar a esas compañías a desprenderse de algunas de sus actividades. De no ser así, el aviso queda en casi nada.