TW
0

Nuestro Govern, presidido por Francina Armengol, sigue transitando sin hacer nada espectacular y confiando en que los que se activaron contra el PP en 2011 le basten para repetir en 2019. Es mucho confiar. Porque pasados dos años del alumbramiento del tercer Pacto de Progreso –lo que ellos llaman Acuerdos por el Cambio- poca chicha nos da este gobierno y en general todo el Pacto. El ayuntamiento de Palma ha conseguido que los servicios de limpieza organizados por el gobierno consistorial del PP, que más o menos funcionaban, se hayan convertido ahora en una fuente inagotable de problemas para los ciudadanos, con quejas continuas por doquier. Es verdad que la ciudad ha crecido desordenadamente y que se hace lo que buenamente se puede, pero poco esto importa al ciudadano medio que ve cómo se ensucia más que nunca y que apenas se da abasto para limpiarla –en especial en lo respecta a la tristemente famosa recogida de trastos-. Los políticos de PSOE y Més capitalinos hablan de no se sabe qué “modelo de ciudad” que están “implementando”, que nadie ve y que seguramente sólo les importa a ellos y a sus fieles. Han hecho cosas bien, qué duda cabe, pero para su desgracia de estos dos años relucen mucho más las carencias, que no son pocas, que los aciertos. Entre estos últimos se cuenta sin duda la voluntad de derribar el mamotreto fascista de Sa Feixina, pero suponiendo que lo consigan es de esperar que no se engañen pensando que justifica un solo día de gestión. En el Consell de Mallorca estos dos años han servido para poner a punto las obras de la prolongación de la autopista de Palma-Llucmajor hasta Campos. Los mismos que se manifestaban contra el primer tramo, realizado por el Govern de Jaume Matas, ahora perpetran el segundo. No cabe añadir nada más. Y el pacto del Govern, entre que no tiene apenas dinero para nada y que les gusta más a sus miembros una pelea que una buena comida –como han demostrado, y van…, con la grotesca reforma de la ley del Turismo-, ya no tiene ánimo para nada más que hacer aprobar lo de los toros que el Constitucional dejará en nada y exigir el famoso REB –Régimen Especial de Baleares- a Madrid, una tontería como cualquier otra para ir perdiendo el tiempo, no en vano esa ley existe desde 1998 y nunca se ha cumplido, igual que pasará con lo que sea que alumbre Armengol ahora. Si no fuera porque en el PP cada día son más los que piensan en cargarse a Biel Company, el resultado de las elecciones de 2019 estaría cantado.