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De entre todas las quinielas que se hacen sobre el posible gobierno que surja de las elecciones del próximo día 20 de diciembre para mí la más interesante es la de un Pedro Sánchez convertido en presidente con el apoyo de Ciudadanos. Entre muchos analistas de derecha de Madrid se da la operación por hecha, si la aritmética parlamentaria lo permite. A bote pronto parecería que por el hecho de que Ciudadanos sea de derecha debería pactar con el PP. Y así será si no hay otro remedio. Sin embargo, los que  temen la operación susodicha analizan que desde la constelación empresarial del IBEX35 hasta la Corona, pasando por otro muchos ámbitos de poder, apuestan por el pacto entre socialistas y los de Albert Rivera por dos razones: porque así el PSOE quedará anclado dentro del sistema y dejará de competir en radicalidad izquierdista y antisistema con Podemos, y porque al mismo tiempo Ciudadanos lo obligará a una actitud firme ante los segregacionistas catalanes. Y, por supuesto, el PP no se convertirá, aun estando en la dura oposición, y por muy fuerte que haga ésta, en anti sistema. Ergo, quien ganaría de veras con la operación sería precisamente el sistema constitucional actual. Se trataría, en el fondo y para el futuro, de crear una alternancia de gobierno estable al modo que han tenido otros países europeos: los dos grandes y un tercero en discordia, liberal, que puede pactar tanto con la izquierda como con la derecha (¿a que esto les suena, por cierto, a algo mucho más doméstico?). De esta forma se exorcizaría la posibilidad de ruptura de la esencia del sistema del 78, que es lo que preocupa en verdad en las alturas. O sea, se evitaría un pacto entre PSOE y Podemos, amén de otras izquierdas o, incluso quizás, separatistas: el anticristo antiespañol. Ya veremos. Pero sería la mar de interesante tener a Pedro Sánchez convertido en presidente gracias a Rivera. ¿Se imaginan las consecuencias para el Govern balear? Ciudadanos, orgullosamente anticatalanista y antinacionalista, aliado del PSOE allí mientras que aquí Francina Armengol estaría gobernando con él: ¿cómo se aguantaría esto? Ítem más: un Podemos, irritado en la oposición y furioso contra el PSOE en el Parlamento nacional, ¿cómo reaccionaría aquí hacia el Govern?... De todas las combinaciones posibles no cabe duda, en fin, que la del PSOE aliado con Ciudadanos es la que abre más entretenidos e interesantes panoramas.