TW
0

Lo es por varias razones. La primera porque qué haríamos sin el TIL de nuestros corazones los periodistas. Nos ha dado de comer durante todo el verano, vamos a iniciar el otoño tilizados y ya verán ustedes como durante el invierno todo será igual. De hecho esto va a ser bandera electoral de 2015 para el PP, para el PSOE, para Más e incluso para algunos de los pequeñines que están allende de los muros parlamentarios. Nos dará mucho, mucho alimento esto del TIL, fijo que sí. La segunda razón por la que el TIL es bueno buenísimo es, ya lo he argumentado otras veces, porque a todos los partidos les va de perlas por razones diferentes. Todos creen que van a sacar algo. Evidentemente no será así. Pero y qué. Ahora lo creen, las criaturitas del Señor. Dejémoslas divertirse. En tercer lugar sería bueno, buenísimo fetén si en efecto los profes hicieran por él una huelga indefinida que durara meses y meses, años y años. Ya veo a los dirigentes del STEI pidiendo por las calles, “dame algo, aunque sea los buenos días”, para la caja de resistencia huelguística, con las ropas hechas jirones, con las barbas descuidadas, con los pelos enmarañados, sin lavarse... No, no me sean ustedes malos, pero malos de verdad, como los hermanos malasombra, que seguro que los veremos así, a los heroicos dirigentes sindicales, ¿por qué no se lo creen? En cuarto lugar sería más que bueno, estupendo para los alumnos que esto del TIL en efecto durara mucho, mucho tiempo. Varios años con aprobados generales, los chicos sin tener profesores y sin tener que empollar gilipolleces en los libros de texto. Qué genial. La quinta razón por la que es bueno, pero morrocotudamente bueno el TIL, es porque así don José Ramón Bauzá puede ocultar tras tanto humo y tonterías anticatalanistas la vacua realidad de su gestión, su nimiedad al frente del gobierno, su nada hacer durante ya más de dos años. Que será lo mismo que podrá mostrar al final de legislatura. Qué sería de nuestro presidente, de su gobierno y de su partido si no fuera por el TIL. En fin, que nunca un decreto que son dos, y si fuera necesario tres, ha dado tanto para tantos a cambio de tan poco, que diría un gran estadista. Bauzá mismamente, claro está.