TW
0

La monarquía de espalda a la pared, sin saber qué hacer ni decir, el gobierno nacional bajo sospecha por los famosos papeles del caso Bárcenas, el PSOE sin ser capaz de ser percibido como alternativa y, en nuestro doméstico corral, tenemos a un presidente que ha mentido en relación a sus ingresos. No están menos mal en Cataluña, donde Oriol Pujol está en la picota, ni en Valencia, ni en Madrid, ni en Andalucía… España parece un saldo. La prensa internacional se ríe de nosotros. Recientemente el prestigioso The Economist hacía juegos de palabras con el famoso “no hay pan para tanto chorizo”, The New York Times no pierde ocasión para hablar del drama del paro y de la miseria en las calles españolas, incluso la normalmente seria BBC no se resistió a la tentación de ironizar con la comparación entre España y Uganda –por aquello de que “no somos Uganda”, de Rajoy al ministro Guindos- , Wall Street Journal y Financial Times analizan que el peso de la corrupción lastra la economía española… No sé qué extraño conjuro persigue conseguir el PP con el strip-tease de renta de sus dirigentes. También Jaume Matas mostró su declaración de IRPF y ya ven ustedes. ¿Será que desde Rajoy hasta José Ramón Bauzá los conservadores se creen que en eso consiste la transparencia y que sirve de algo con lo que está cayendo? Si es así estamos más que mal. Tiene razón la periodista y economista alemana en España –que escribe para varios medios económicos- Stefanie Claudia Müller para quien los dos grandes partidos españoles están arruinando el país “para varias generaciones”. No sé qué remedio tiene esta maldita situación. Salir a la calle no sirve de nada. Al menos no hasta ahora. Votar, todavía menos, porque no existe alternativa al PP-PSOE. Y mientras tanto los conservadores mostrando sus michelines económicos –qué ricos son, por Dios, y algún medio va y los titula: “clase media y media alta”; joder: en una región en la que casi 6 de cada 10 declarantes a Hacienda gana como máximo 15.000 euros brutos al año- y los socialistas enrocándose en su cómoda oposición. En fin. Esto es España. Un saldo de país.