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Tiene razón Carlos Delgado. El diputado y alcalde de Manacor Antoni Pastor sabía perfectamente cuál era la apuesta programática de su partido en relación al catalán. Y se presentó defendiéndola. Está claro que Pastor es crítico con Bauzá porque éste no lo hizo, como le había prometido, portavoz parlamentario. Así que por tanto es cierto: Delgado tiene razón. Sin embargo es una razón peligrosa por dos motivos. El primero, más evidente, porque al reñir en público a Pastor asume, con su chulería característica, un papel que no le corresponde. Y de paso deja al presidente del PP y del Govern en muy mal lugar ante los suyos. Porque le resta autoridad. Recuérdese que en el último congreso Delgado perdió por el 30% ante el 70%. Como mucho ése es el apoyo interno a sus delirantes teorías lingüísticas. Su salida de tono por tanto puede haber molestado sobremanera a la mayoría clara del partido. Y por aquí aparece el segundo motivo por el cual su razón puede acabar por ser un serio error. De forma explícita Delgado dice que ahora el PP está aplicando lo que él siempre ha defendido, en cuanto a la aniquilación del catalán –un idioma que en su versión mallorquina jamás perpetra el conseller: ya tiene bemoles que quiera parecer un ignorante-, e implícitamente se erige en el faro del partido por encima del presidente en la cruzada contra el catalán. Es un desprecio al presidente ante el –recuérdese- 70% de las bases que votaron a éste. Por mucho que Bauzá traicionara, que lo hizo, a los apoyos que le ayudaron a ganar el último congreso –los regionalistes Pere Rotger, Jaume Font, Antoni Pastor., o bien también José María Rodríguez, entre otros- y que después pactara con Delgado, que ahora éste saque pecho y se erija –al menos en la cuestión de cargarse el catalán- en comandante por encima del presidente, y éste consienta, es un error estratégico tremendo a los ojos de la mayoría del partido que derrotó a Delgado. Errores de esta naturaleza se pagan.