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Sortu es el nuevo nombre que se ha dado el mundo político de ETA. Con una diferencia sustancial sobre el pasado. Que ese mundo hoy rechaza la violencia. Por tanto hay un quebranto de la unidad político-terrorista. El movimiento nazi vasco, como cualquier otro totalitario, se define por ser guiado por el grupo violento, mientras que el brazo político está siempre supeditado. Cuando Sortu rompe ese principio de sumisión y rechaza la violencia se convierte en otro partido político. Soberano. Sin sumisión a ETA. ¿Hay que impedirle participar en las elecciones? ¿Por qué? No hay ninguna razón para impedírselo. La desconfianza –que se entiende- no es razón suficiente. Y que muestre arrepentimiento del pasado no se puede exigir. Tampoco se la exigimos los demócratas en su momento a los fascistas –por ejemplo Manuel Fraga, ministro del dictador- que estuvieron con Franco asesinando gente, ¿verdad?