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Un grupo de profesores nacionalistas montaron el otro día una manifestación política en los institutos en contra del PP. Al parecer los funcionarios consideran que los conservadores se tienen merecida la insólita movilización crítica –de escasísimo seguimiento- por lo que piensa sobre el catalán José Ramón Bauzá. Como si no tuviera todo el derecho del mundo a pensar cualquier cosa sobre el particular. Y los profesores funcionarios no son nadie para decir lo que debe pensar o no el señor Bauzá. Éste puede que tenga opiniones sobre el catalán que son más bien tonterías, pero la libertad de expresión consiste en que tiene derecho a expresarlas. Y en democracia nada es sagrado, si siquiera la lengua, y todo es política: se vota y todo puede cambiarse, también el catalán o el castellano. Por mucho que el señor Bauzá diga tonterías sobre la lengua histórica balear, los funcionarios susodichos han estado, como poco, muy desafortunados al meter en las aulas sus creencias políticas.