Aina Calvo llega al Ministerio del Interior en plena guerra

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La mallorquina Aina Calvo, exalcaldesa de Palma y exdelegada del Gobierno en Baleares, será la ‘número dos’ del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en sustitución del dimitido Rafael Pérez. Hasta la fecha, la política era la secretaria de Estado de Igualdad y para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres. Tras su etapa junto a Ana Redondo ha recibido un nuevo encargo: la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior. Se trata, sin duda, de un reto apasionante, desde el que supervisará a la Policía Nacional y la Guardia Civil, pero a nadie se le escapa que llega en un momento crítico y especialmente delicado. El ‘caso Koldo’, que provocó la caída del ministro José Luis Ábalos y una tormenta política que no amaina. Las tensiones entre el Gobierno y la UCO, la unidad estrella de la Guardia Civil que investiga la corrupción política, han redoblado la crispación y el furibundo ataque de la oposición, que sostiene que el presidente Pedro Sánchez no está legitimado para seguir gobernando y debe convocar elecciones anticipadas.

‘Fontaneros’ y ‘cloacas’.

Al escándalo se suma la irrupción de una relativa desconocida militante socialista –Leire Díez–, que ofreció a diversos medios de comunicación un vídeo sexual del fiscal Anticorrupción que investigó a Carles Puigdemont y trató de desprestigiar a la UCO. La supuesta ‘fontanera’ de Ferraz está en el punto de mira y su partido le ha abierto un expediente, aunque minimiza su influencia en las altas esferas.

Experiencia.

Ante esta tormenta política, que probablemente no ha llegado a su punto álgido, el papel de Aina Calvo adquiere un papel estratégico. Su etapa como delegada del Gobierno le permitió tener una relación muy próxima con los mandos de los dos Cuerpos policiales del Estado en Baleares, aunque ahora la guerra es casi total. Talante no le falta, pero necesitará algo más.