Poner fin al desafío de los narcos en Son Banya
En cuatro ocasiones, en las últimas semanas, el Ajuntament de Palma ha acudido a Son Banya para derribar las casetas ilegales que levantan los narcos para vender droga impunemente. Y a cada derribo, los traficantes han contestado con un claro desafío y han levantando, en pocas horas, otras chabolas sin ningún tipo de licencia. El martes, una grúa, operarios y una comitiva policial irrumpió en el poblado y tiró abajo la conocida como ‘caseta españolista’, que los clanes habían pintado de rojo y amarillo con la delirante creencia de que no sería derribada «porque somos unos patriotas». Pero una vez más a las pocas horas de marcharse los agentes y los técnicos de Urbanisme, volvieron a levantar otra construcción. La actitud chulesca de los vendedores de droga, con frases del estilo «este es nuestro territorio y aquí hacemos lo que queremos», se ha topado con la perseverancia de Cort, que no quiere ceder en esta batalla incierta. Lo cierto es que el Ajuntament acierta al acabar con la impunidad urbanística en el gueto, pero lo que no resulta lógico, desde cualquier perspectiva, es este extraño juego con cargo a los contribuyentes.
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