Los asentamentos ilegales se propagan por Palma

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Los precios absolutamente desorbitados de la vivienda en Palma están provocando que, de un tiempo a esta parte, se haya triplicado el número de asentamientos ilegales en la capital, que ahora mismo se cifra en 37 enclaves. Lo que supone que más de mil personas malviven en esas infraviviendas construidas con maderas, plásticos y telas. Muchas de las chabolas se ubican en los bajos de los puentes de la vía de cintura y otra en espacios más abiertos, como el torrent de sa Riera o los alrededores del cementerio de Palma. Y en muchos de estos lugares hay menores viviendo. El IMAS, los servicios sociales del Ajuntament y la policía han realizado un listado de estos complejos y el censo de marginalidad arroja unos resultados demoledores. Las perspectivas, además, no son esperanzadoras y se teme que la crisis habitacional que sacude la ciudad -y toda Mallorca- se traduzca en más ‘sin techo’ que tienen que buscarse la vida como buenamente pueden en estos asentamientos que carecen    de higiene. En invierno, las noches casi al raso son un infierno para los habitantes de esas casetas, mientras que en verano las altísimas temperaturas hacen inhabitables estas precarias construcciones.

Faltan ayudas.

Lo cierto, es que la mayoría de estos excluidos de la sociedad se sienten totalmente abandonados, sin posibilidad de reengancharse a una vida digna, por lo que las autoridades deben multiplicar los esfuerzos y las partidas presupuestarias para intentar sacar de esta situación a un colectivo tan vulnerable. La solución no es sencilla, pero no se les puede dejar abandonados a su suerte.

Inseguridad.

Este millar largo de personas -que incluso según algunas estimaciones podrían ser más- se enfrenta también a un clima de inseguridad que deriva en agresiones o ataques. Algunos asentamientos son, de hecho, una auténtica jungla sin leyes ni normas.