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El triunfo incontestable del PP en las pasadas elecciones locales y autonómicas en Balears supone un claro giro en la configuración de las principales instituciones, las cuales tienen un nuevo compromiso político con los ciudadanos. La formación que lidera Marga Prohens es la encargada de materializar durante los próximos cuatro años los principales enunciados del programa con el que concurrió a los comicios, una premisa irrenunciable frente a sus votantes pero que merece ser matizada; la prioridad es a partir de ahora el conjunto de la sociedad. Liberalizar las plazas turísticas, suprimir tributos, modificar parámetros urbanísticos, ... son decisiones de un enorme calado que merecen ser analizadas y ponderadas desde la realidad en todas sus vertientes. La batalla electoral ha finalizado, es el momento de gobernar y hacerlo con eficacia.

Evaluar la consecuencias.

Modificar las normas que acotan el crecimiento de la oferta turística en Balears puede ser una decisión emblemática del Govern que presidirá Prohens, pero no resuelve uno de los problemas que más preocupa a los residentes y que no es otro que el de la masificación. Toda decisión tiene unas consecuencias y por ello es preciso reclamar sensatez y no meros golpes de efecto, la clave está en corregir los posibles errores y no en generar un movimiento pendular en la gestión pública de efectos cortoplacistas.

Amplia base social.

El Govern, al igual que los consells y ayuntamientos de las Islas, han cambiado de color político pero no de sentido último, que es el de servir a los ciudadanos, atender a sus necesidades y mejorar su calidad de vida. A partir de ahora, el objetivo de los nuevos responsables institucionales no debe ser otro que tratar de comprometer al conjunto de la sociedad en la toma de las decisiones más importantes y trascendentales para Balears, con la mirada puesta en el futuro y lejos del oportunismo.