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La evolución estadística de la población extranjera en Balears durante los últimos veinticinco años revela, según refleja el Institut Balear d’Estadística (Ibestat), cambios sustanciales vinculados, en la mayoría de casos, a la evolución de la economía mundial. En la actualidad, los ciudadanos marroquíes encabezan el listado de colectivo con más número de residentes extranjeros en las Islas, desbancando a los grupos tradicionales de alemanes y británicos. En estos momentos, junto con Marruecos, Argentina y Colombia superan también las cifras de empadronados en las Islas de origen comunitario –al menos en los recuentos oficiales–, un proceso que se ha acentuado en los últimos años.

Aumento constante.

La cifra de residentes en nuestra Comunitat no deja de crecer. Durante este período, la cifra se ha incrementado en alrededor de medio millón de personas; la inmensa mayoría, procedentes de otras regiones españolas. En la nueva estructura poblacional, el papel de los ciudadanos de origen extranjero es muy significativa, entre otras razones, debido a que juega un bapel muy importante como masa laboral. Balears ya no es un refugio exclusivo de jubilados europeos, como ocurría en el último cuarto de siglo pasado. La apertura de fronteras entre los países miembros de la UE –además de la llegada de extracomunitarios de América Latina y el norte de África– ha cambiado el escenario demográfico de las Islas.

Una sociedad diversa.

La diversidad cultural y étnica de nuestra sociedad es un valor que se debe proteger –con independencia de sus razones, ya que en determinados casos responden a cambios coyunturales de matiz fiscal– e incorporar a nuestro acervo colectivo; que siempre se acaba enriqueciendo. La sociedad balear en poco o nada se parece a la de hace cinco lustros. Es un proceso paralelo al que ha vivido España, Europa y la inmensa mayoría de países en todo el mundo.