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La nueva modalidad de estafa que está siendo investigada por el grupo Arroba de la Guarcia Civil, la utilización de SMS al teléfono para suplantar el banco ante los clientes y así obtener datos confidenciales para retirar fondos de las cuentas, confirma la necesidad de extremar las cautelas para no caen el engaño de los desaprensivos. A pesar de las reiteradas recomendaciones de las propias entidades de crédito y los consejos de los expertos, los delincuentes no dejar de explorar modalidades con las que –aprovechando la buena voluntad de los incautos– obtener pingües beneficios; en este caso se calcula que la banda podría hacerse con alrededor de 30.000 euros diarios.

Un mundo desconocido.
Buena parte de la población ha sido educada en un mundo analógico y es, por tanto, desconocedora de las capacidades perversas que puede llegar a tener internet si no se actúa con prudencia; este es el campo abonado para estos delincuentes y frente a los que la Guardia Civil, al igual que la Policía Nacional, trata de controlar y detener. El modo de actuar del grupo que se persigue es una prueba más de que resulta casi imposible para la víctima no acabar cayendo en la trampa, una mensaje y lo que se supone que es una llamada de verificación del banco deja al descubierto las claves personales para la retirada de fondos. Resulta obvio que es preciso incrementar todavía concienciación de que hay datos ninguna entidad solicitará a su cliente, y menos por vía telefónica.

Más educación.
Cabe esperar que la Guardia Civil detenga y desarticule cuanto antes a la banda de estafadores, pero mientras convendría ir planteando campañas divulgativas más efectivas de educación informática de toda la población; en especial de aquellos grupos a los que el mundo de internet es un fenómeno es en la práctica inabarcable.