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Hace casi dos décadas, la entonces ministra socialista de Vivienda, María Antonia Trujillo, planteó como ‘soluciones habitacionales’ la reducción a 25 metros cuadrados la superficie mínima habitable. La propuesta, como es fácil imaginar, generó una importante polémica social que, con el tiempo, ha vuelto a ponerse de actualidad con la iniciativa del Ajuntament de Palma para utilizar contenedores marítimos para construir con rapidez pisos asequibles en Ciutat. De momento el proyecto está en estudio, cabe suponer que a la espera de conocer el resultado de la experiencia en Barcelona, donde ya se han habilitado dos edificios con esta tipología, que tienen una función social y una ocupación temporal.

Apuestas testimoniales.

La concejala de Model de Ciutat, Neus Truyol –promotora del proyecto–, debe ser consciente de que la propuesta tiene un carácter testimonial; el problema de la carestía de la vivienda en Palma no se paliará ni un ápice con una o varias fincas construidas a base de contenedores; estamos, por tanto, frente a una experiencia arquitectónica pero no ante una solución eficaz y factible de una de las preocupaciones más importantes de la sociedad en las Islas. Cabe insistir que los inmuebles de Barcelona tienen una función social y su ocupación prevista es temporal; en ningún caso una solución definitiva. En este sentido se desconoce el alcance y las intenciones del Ajuntament de Palma en relación con este proyecto.

Propuestas realistas.

La ciudadanía reclama de los responsables políticos realismo en las que tienen que ser soluciones a sus preocupaciones, que en el caso del acceso a una vivienda digna es de una importancia capital. Puede ser interesante evaluar la experiencia de un edificio a base de contenedores marítimos, pero también lo sería conocer las estrategias municipales para poder cubrir una demanda residencial a precios razonables en Palma.