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La combinación de los desmesurados precios del mercado inmobiliario y los bajos salarios provoca que Balears lidere la lista de comunidades donde hacer frente a la devolución de las hipotecas tenga el coste más elevado de España. Se trata de un factor muy a tener en cuenta cuando asistimos a una progresiva subida de los tipos de interés. La diferencia entre la oferta y las posibilidades de la demanda obligaría, según una agencia del sector, a prolongar hasta los 48 años el plazo de endeudamiento en condiciones normales. Sin embargo, las entidades financieras establecen un máximo de 30 años, circunstancia que obliga a un notable incremento de las cuotas hasta extremos casi insoportables para la inmensa mayoría de las economías familiares.

Un mercado distorsionado.
La escasez del suelo, la buena marcha de la economía, la presión de los inversores extranjeros, los bajos tipos de interés, la falta de vivienda pública,... han sido factores, entre otros, que de manera sostenida en el tiempo han acabado generando una burbuja inmobiliaria que merma de manera alarmante el acceso a la vivienda de amplias capas de la sociedad balear. La posibilidad de acceso a una casa o piso en propiedad entre los residentes es una opción que año tras año se reduce por la imposibilidad de hacer frente a unos precios disparados; las remuneraciones salariales medias son un obstáculo casi insalvable para la inmensa mayoría de los ciudadanos.

Planes públicos selectivos.
Ampliar la oferta de vivienda pública es una propuesta que las instituciones implicadas deben asumir con más urgencia después de décadas de práctica inactividad. Hay, además, la necesidad de replantearse medidas urbanísticas y fiscales que eviten que el sector inmobiliario sea una fuente segura de especulación en Balears. Liberar suelo y, en especial, aligerar el aprovechamiento tributario que pesa sobre el mercado inmobiliario, son medidas que pueden ayudar a modificar el actual escenario.