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No hace falta ser un visionario para sospechar que, tras la reunión de mañana del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los presidentes de las 17 comunidades autónomas, estos deberán, a sólo dos días de la Nochebuena, adoptar medidas inmediatas para frenar la expansión de la sexta ola de la COVID-19. La situación sanitaria empieza a adquirir visos preocupantes. Así, por duro que se sea volver a las políticas de límites y restricciones, las administraciones deben hablar con claridad meridiana sobre qué hacer y qué no hacer para limitar y revertir la escalada de contagios y que nadie pueda alegar desconocimiento.

Celebraciones más allá de Reyes.

Como en el resto del territorio nacional, las instituciones de Baleares deberán decidir en 48 horas si restringen o directamente cancelan celebraciones navideñas. Sobre todo aquellas que propician la concentración de personas y en las que es complicado guardar distancia de seguridad. Es decir, en dos días habrán de ratificar, por ejemplo, si se mantienen las cabalgatas de Reyes Magos o en qué condiciones. Pero en las Islas, sobre todo en Mallorca, la decisión de limitar o anular eventos multitudinarios traspasa las fechas navideñas. ¿Qué hacemos con las fiestas de Sant Antoni y Sant Sebastià?

Pasaporte COVID y vacunación.

Hasta ahora, el único que parcialmente se ha mojado ha sido el alcalde de Palma, José Hila, suspendiendo las torradas de Sant Sebastià. Pero, ¿y los grandes conciertos musicales en la plazas de Ciutat? Urge manifestarse con absoluta claridad al respecto, como también deben hacerlo sin más demora los munícipes de Manacor, Artà, sa Pobla, Muro o Pollença sobre las populares celebraciones de Sant Antoni. De momento, el Govern insiste en su estrategia a favor del pasaporte COVID y continuar la campaña de vacunación, aunque si el número de contagios continúa al alza, no hay que cerrar las puertas a medidas más restrictivas.