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La cooperación entre el Consell de Mallorca y el Ministerio de Cultura ha logrado recuperar el valioso busto velado del emperador romano Augusto, hallado en el yacimiento de Pol·lèntia en el siglo XVI y del que su propietaria, Almudena de Padura y España, heredera del marqués de Campofranco, había puesto a la venta. La declaración inicial de bien de interés cultural frenó la salida a Estados Unidos de la pieza, donde debía salir a subasta, pero la colaboración de las administraciones insular y estatal ha logrado que, al final, esta gran obra pase a ser de titularidad pública y será exhibida en el Museu de Mallorca.

Una efigie única.

Aunque no ha trascendido el importe final de la operación de compraventa, que con seguridad ha sido millonaria, la adquisición del busto velado de Augusto permitirá mostrar en público la que se considera la efigie imperial más antigua de la España romana, que además se encuentra en un relativo buen estado de conservación. Las diferentes figuras de protección del patrimonio han permitido evitar la salida del país de una escultura de enorme valor, tanto histórico como artístico. También, y es preciso insistir en ello, ha puesto en evidencia la eficacia de la acción coordinada de las instituciones cuando se tienen claros los objetivos en materia de preservación patrimonial.

Recursos escasos.

Han sido los fondos del Ministerio de Cultura los que, al final, han logrado que el busto de Augusto pase a ser un bien público que podrá ser contemplado en el Museu de Mallorca. Con todo, este episodio pone de manifiesto la escasa o nula capacidad de las instituciones insulares para frenar la salida de grandes piezas artísticas que están en manos de particulares, los cuales, aunque con restricciones, pueden poner a la venta. En esta ocasión, la sensibilidad del Estado ha logrado que Mallorca recupere un retazo importante de su historia que, de lo contrario, seguiría oculta para sus ciudadanos.