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Arranca mañana el curso político en Balears con el debate sobre la Comunidad Autónoma que, por decisión de la presidenta del Govern, se avanza y se celebra en el primer pleno del nuevo periodo de sesiones del Parlament. Armengol sabe que la anómala temporada de este año irá perdiendo fuelle en los próximos días como augura la caída de reservas. Una temporada atípica, concentrada en julio y agosto, que provoca el enésimo debate por la masificación y las insuficientes infraestructuras públicas. Pero ahora es el momento de transmitir un mensaje de cierta reactivación. También quiere aprovechar la presidenta del Ejecutivo el anuncio de empezar a pagar el fondo estatal aprobado en marzo pasado por el Gobierno central para inyectar liquidez a las empresas, aunque tras modificar el Govern en tres ocasiones la convocatoria, al cerrar el plazo para presentar solicitudes sólo el 15 por ciento de los potenciales beneficiarios optó a unas ayudas que debían haberse abonado en julio.

Bajos salarios y demanda de vivienda

El debate parlamentario girará en torno al impacto de la pandemia, que marca toda la legislatura. Balears es la comunidad donde más cayó el PIB y que destruyó más empleo, también la que ha recuperado más puestos de trabajo. Hay otros daños: los trabajadores de las Islas han sufrido el mayor recorte de sus salarios en España. Y entre las asignaturas pendientes, la demanda de vivienda, cuyo precio se ha encarecido un 51 por ciento los últimos cinco años en el Archipiélago mientras se retrasa la construcción de las viviendas sociales.

Recursos, insularidad y financiación

Somos una comunidad mal financiada que por el aumento de población necesita más recursos. El Gobierno PSOE-Podemos sigue sin aplicar el Régimen Especial y el factor de insularidad. Aquí es donde Armengol se juega su credibilidad, porque debe demostrar que es escuchada, tiene peso político y que en La Moncloa se tiene en cuenta al Govern que preside.