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La conculcación de los derechos lingüísticos de los usuarios de la sanidad pública balear conforman el grueso de las denuncias que acumula la Oficina dels Drets Lingüístics del Govern, según los datos estadísticos que aporta este mismo departamento. La secretaria general de Política Lingüística, Agustina Vilaret, ha reprobado la actitud de la Conselleria de Salut cuando trata de minimizar la trascendencia de unos hechos que, por desgracia, se reproducen con insistencia. La intransigencia de unos pocos profesionales sanitarios respecto a los derechos de los catalanoparlantes en Balears sigue siendo una cuestión pendiente, y está muy lejos de poder ser considerada como anecdótica.

Situación excepcional.

Los trabajadores públicos de la sanidad balear tienen, en la actualidad, una situación de privilegio respecto al conocimiento de la lengua y el habla propia de las Islas.Se trata de una circunstancia derivada de la clara escasez de trabajadores especializados que obliga a flexibilizar las condiciones para su contratación. El dilema no es rechazar un profesional por su falta de conocimiento del catalán, la cuestión de fondo es su actitud ante los pacientes que se expresan en esa lengua. Las denuncias de desprecio e intransigencia hacia la que también es una lengua oficial en las Islas ponen de relieve conductas inaceptables, impropias de quienes han logrado una titulación universitaria y se han ganado una consideración profesional.     

Encarar el problema.

Salut no puede esquivar la existencia de un conflicto argumentando su irrelevancia, el uso del catalán en la sanidad pública balear debe avanzar y normalizarse mucho más de lo que lo está en la actualidad y, por supuesto, hay que erradicar conceptos superados desde hace décadas en un sociedad bilingüe como la nuestra. Resulta obvio que en materia de concienciación lingüística en la sanidad pública todavía queda mucho por hacer.