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El puerto de Alcúdia lidera la recuperación del tráfico de mercancías y personas en Mallorca, con incrementos del 32 y el 43 por ciento durante el primer semestre de 2021. La nueva realidad dibujada por la pandemia y su incidencia sobre la movilidad no son ajenas a los buenos datos que acredita la zona portuaria. Por un lado, su menor dependencia de los grandes cruceros no merma su actividad en la medida en que este tipo de oferta lastra la del puerto de Palma. Por otro, su situación geográfica y la línea de ferri abierta con la base naval de Tolón, en el sur de Francia, favorecen la dinámica positiva.

Fácil y cómodo.

Sólo 233 kilómetros y poco más de 10 horas separan el estratégico puerto de la región Provenza-Alpes-Costa Azul del norte de la Isla para los usuarios del ferri. Factores que valoran miles de turistas este año a la hora de optar por viajar a la Isla con su propio vehículo. Baste observar el exponencial crecimiento del turismo francés este verano o la cantidad de vehículos con matrícula gala o alemana que circulan por nuestras carreteras. Alcúdia se ha convertido en una puerta abierta a Europa en tiempos en que la autonomía que proporciona viajar con el vehículo propio es una ventaja frente a las incomodidades con que las medidas sanitarias trufan el transporte aéreo. Amén del notable encarecimiento de los coches de alquiler.

Competencia global.

La línea Tolón-Alcúdia también juega un papel relevante en el nuevo boom inmobiliario de capital sueco y, sobre todo, germano. A diferencia del experimentado a finales de los años 90 y escarmentados en demasiadas ocasiones por precios abusivos e incumplimientos de calendario, los promotores traen de sus países de origen gran parte del material, equipamientos e incluso operarios. Todo ello confluye en el sur de Francia y entra a Mallorca por Alcúdia. La competencia, también para el sector de la construcción, es ya más global que nunca.