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Tras cerrar julio como el mes en el que Baleares ha registrado el mayor número de contagios, con 19.434 nuevos positivos de coronavirus, el Govern pedirá, a partir de este martes, un test negativo o bien acreditar la pauta completa de vacunación para acceder a los centros geriátricos y campamentos de verano. Se pone el foco sobre los trabajadores de las residencias de personas mayores; concretamente los empleados que niegan a vacunarse y, al no haber sido inmunizados, entrañan un grave riesgo de contagio. Al igual que los monitores de los campamentos, quienes trabajen en geriátricos y no hayan recibido la vacuna tendrán que someterse a tres test anti COVID cada semana, de los que al menos dos tendrán que ser PCR. Con esta medida el Govern quiere frenar los positivos en estos centros cuando Balears registra 12.664 casos activos de coronavirus, 328 pacientes hospitalizados y 61 en las unidades de cuidados intensivos, y la incidencia acumulada supera la media de España.

Exigencia para grandes eventos.

A la espera de la decisión que el jueves dará a conocer el Reino Unido sobre las nuevas medidas sanitarias para los turistas procedentes de España y Francia –se apunta el semáforo ámbar plus, que implicaría confinamiento obligatorio– el Govern también anunció ayer que exigirá vacuna o test para acudir a grandes eventos, normativa que aplicará a partir del 14 de agosto y al mismo tiempo mantiene la prohibición de reunirse entre la 1 y las 6 horas, y siguen en vigor las restricciones de aforo para celebraciones y para el sector de la restauración.

Conjugar salud y economía.

El objetivo que comparten los agentes sociales, el Govern y las formaciones políticas consiste en salvar la temporada, aunque sea con restricciones, limitaciones y exigencias. Conjugar salud y economía constituye una ecuación que implica adoptar medidas de prevención para que Baleares sea un destino seguro. Un difícil equilibrio que implica e interpela a todos.